SERVIDOR DE TODOS (El lavamiento de pies)

 

En tiempos bíblicos, las condiciones del suelo, la cantidad de polvo y el uso de sandalias hacia necesario el lavado de los pies con frecuencia. Era un acto de buena costumbre y de hospitalidad recibir al peregrino con un lebrillo para que pudiese lavarse los pies tras el largo camino recorrido. Esta necesidad se hacia mas evidente a la hora de sentarse a compartir los alimentos ya que al sentarse en el suelo alrededor del mantel los pies de unos quedaban cerca del cuerpo del otro comensal. Cabe destacar también que el lavamiento de pies, en aquellos días, quedaba reservado a la servidumbre, rara vez se lavaban los pies entre pares.

En San Lucas 22:24 la Biblia señala que los discípulos discutían acerca de quien seria el mayor entre ellos. Ante esto Jesús se puso a lavar los pies a sus discípulos, ante la mirada atónita de estos.

Al lavar los pies de Sus discípulos, Jesús les enseño y nos enseñó una lección del servicio, humildad y disposición. Nos deja como enseñanza que el que quiera ser mayor debe ser el servidor de todos y el mas humilde entre todos. 

Ademas, el lavamiento de pies que Jesús practico con sus discípulos nos marca la necesidad de la limpieza espiritual para tener parte en la mesa del Señor y ser parte de su reino. Por eso Pedro al entenderlo, luego de negarse, pidió ser lavado por completo.

 Si bien no hay mandamiento explicito de lavarnos los unos a los otros los pies como rito continuado, si es importante recordar permanentemente su significado en la Iglesia: Humildad, servicio, amor, entrega y santidad (limpieza espiritual). Sin la practica de estos principios nunca seremos verdaderos discípulos del Señor.

Si usted quiere ser usado por Dios, empiece por servir al prójimo, considerando a los demás como superiores a usted mismo.

No nos olvidemos de lavarnos los pies los unos a los otros!