PARA QUE UN TEMPLO?


 

Para que es el templo? ¿Cuál es la importancia del templo para Dios? ¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza a la hora de definir que es un templo?, ¿Qué importancia le da usted a la Casa de Dios?

Para muchos el templo es un lugar donde se reúnen personas de la misma fe, un lugar donde se va a rezar u orar, a cantar, a llevar a cabo ceremonias religiosas, a escuchar  a un ministro y recibir instrucción espiritual, un lugar de ayuda y socorro para el que sufre, etc. Todas estas definiciones no están equivocadas pero pasan por alto la enunciación que el propio Dios le dio al templo desde tiempos antiguos.  Preste atención a lo siguiente….

Cuando Salomón, tras veinte años de arduo esfuerzo y trabajo, termino de construir el templo de Jehová Dios y lo consagro con sumo gozo, sacrificando 22.000 bueyes y 120.000 ovejas, Dios descendió con fuego aceptando y consumiendo los holocaustos y llenando con su gloria toda la casa, a tal punto que los sacerdotes no podían entrar, entonces todo el pueblo se postro y adoro a Jehová. Tras siete días de festejos, Dios volvió a aparecerse a Salomón de noche y le dijo: “Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por Casa de Sacrificio.” (2ª Crónicas 7:12)

Dios llamo al templo: “Casa de Sacrificio”,  definición que no solo no se escucha con frecuencia, sino que además poco es tenida en cuenta. A menudo vemos el templo como un lugar donde recibir bendiciones, favores y ayudas pero pocas veces como el sitio sagrado donde ir a honrar a Dios a través del Sacrificio y la entrega total. Es que estamos tan concentrados en nuestras necesidades,  que nos olvidamos que el templo no fue hecho por nuestra causa sino en honor al Dios que allí se honra. Cuando Salomón construyo el templo, el sabia que ninguna obra humana podría contener a un Dios tan grande y majestuoso, pero aun así decidió que ese lugar fuera su habitación y la casa donde el nombre de Dios fuese honrado para siempre a través de todo acto de entrega que represente verdadera adoración; y Dios sello con fuego esta decisión!

Hoy escuchamos a muchos devaluar la importancia de concurrir a un templo o “ir a la iglesia” diciendo que no es necesario, que cada uno es el “templo”, que Dios habita en el corazón del cristiano, etc.  Claro que Dios habita en cada corazón y que por ende cada creyente es un templo en el sentido de que Dios habita en el, pero esto no viene a suprimir la importancia del templo como el lugar donde todos los santos comunitariamente deben concurrir para darle la honra al Dios Supremo. El propio Señor Jesús dijo “El celo por tu casa me consume”  (San Juan 2:17). Lo trágico no es que muchos incrédulos y detractores de la fe piensen así, sino que lo hagan “creyentes” y líderes religiosos!.

Durante la cuarentena por causa de la pandemia mundial del Covid -19 nos hemos cansado de escuchar a quienes decían que “Dios estaba contento” con los templos cerrados porque esto obligaba a vivir la fe en las casas y las calles.  Esto reafirma que hay un concepto equivocado en muchos cristianos en cuanto al templo. Las casas, la calle y todo otro lugar es para expandir el Reino de Dios compartiendo la fe, el Templo es el lugar donde uno va a presentar sacrificio a Dios, y en esto el templo es insustituible!

Dejemos de ver el templo como una “sala de emergencias” a la cual recurrir solo en crisis y démosle el valor y status que Dios le otorgo: Casa de Sacrificios, solo así estaremos en el centro de su voluntad.


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