LA RESPUESTA ESTA EN EL SANTUARIO


 

Salmos 73:2-17

 

Quién escribió este salmo se llamaba Asaf. Era músico, cantor y director de los músicos en el templo en los días del Rey David. El guiaba a otros en la adoración de la congregación. De chico el fue instruido para servir a Dios. Vivía rodeado de levitas y sacerdotes, era conocedor de Dios y tenía el oficio de como dirigir la alabanza en el templo…

Sin embargo, y pese a todo lo que él era y hacia, a lo destacado de su posición, pese a los años que llevaba en la iglesia,  a Asaf le aconteció lo que a muchos de ustedes les ha pasado alguna vez o quizá les este pasando ahora mismo. Perdió la fe y comenzó a cuestionarse muchas cosas al ver el supuesto progreso de los injustos, de aquellos que no tenían temor de Dios

-Llego a pensar que todo su sacrificio espiritual y fidelidad habían sido en vano  porque se decía…

Esta gente sin pasar por padecimientos ni fatigas se hacen cada vez más ricos , y yo que estoy cada día consagrado al Señor y limpiando mi corazón y mis manos de todo lo malo y profano paso por enfermedad y toda clase de contratiempos en la vida ¿ Para qué me sirve todo esto entonces?”

Cuántas veces usted también cayó en este pensamiento perturbador y se dijo:

“Como puede ser que yo que asisto a la iglesia, hago las campañas, doy mi ofrenda, me mantengo en santidad para Dios, me esfuerzo en hacer las cosas bien, en agradar al señor sirviéndole todos los días, tenga que pasar por situaciones difíciles, por injusticias, por desprecios, por el rechazo o incomprensión de mi familia, como pude ser que todo se me haga cuesta arriba y aquellos que no temen a dios que llevan una vida licenciosa disfrutan , progresan y no tienen problemas…” de que me sirve entonces seguir a Jesús, de que me sirve servir a Dios?”

Por causa de este pensamiento, el estuvo a punto de dejarlo todo, de renunciar a todo, de perderlo todo, de tirar a la basura su fe y su relación con Dios.

El sentía bronca, amargura, impotencia y hasta envidia de los malvados.

Hasta que el Espíritu de Dios lo llevo a entrar al Santuario, al lugar de la intimidad con Dios, al lugar donde el abatido halla descanso y respuesta de lo alto y fue en el Santuario donde el comprendió que estaba equivocado, que si bien hay personas que pueden tener y lograr muchas cosas sin dios su fin será la ruina y la destrucción eterna de sus almas, mas el que vive en la presencia de Dios no morirá jamás y su recompensa será eterna!

Siempre que un hijo de Dios se encuentre luchado Satanás lo visitara con este pensamiento y voz de derrota “Donde está tu Dios? Porque tenes tantos problemas? Porque al fulano que no va a la iglesia le va mejor que a vos?” Satanás lo intento con Job, con el profeta Habacuc, Joel, con Asaf, también va intentar echarlo a perder a usted con este pensamiento, sepa que su victoria esta en el Santuario en entrar en una mayor intimidad con Dios…

Si usted perdió la fe, si las emociones le están confundiendo, si por prestar atención a la vida de los injustos usted está sacando su mirada de la meta, hoy es día de entrar al Santuario, de sumergirse en la presencia de Dios, solo su presencia puede poner fin a sus dudas y cuestionamientos, es en el Santuario donde usted va a recuperar la fe en un Dios perfecto, justo, y que no olvida a sus hijos! El justo por su fe vivirá!

No se compare más con los injustos, usted tiene algo que ellos no tienen y es la salvación, la vida eterna, la paz y la fuerza para vencer!

Usted puede cantar, predicar, evangelizar, imponer manos, pero si usted no busca mayor intimidad con Dios usted será derrotado, solo en el Santuario uno comprende y vive la fe que vence!

Quiero terminar con esto:

Dios no libra del horno, pero libra del fuego a sus siervos, sucedió con Sadrac, Mesac y Abednegó.

Ellos no se postraron para adorar la estatua de fuego que había construido el rey de Babilonia, ellos se mantuvieron fieles a su Dios. Furioso, Nabucodonosor rey de Babilonia mando a calentar el horno 7 veces más. Estos tres siervos del Señor fueron arrojados con ropa y todo a este terrible horno.  Era tal la violencia de las llamas que sus verdugos murieron quemados por solo acercarse.

Cuando Nabucodonosor se acerca divisa a un cuarto hombre y vio que los cuatro se paseaban por el fuego y que ni siquiera sus cabellos se quemaban. Dios honró a aquellos tres que prefirieron entregar sus vidas antes que negar a su Dios! Y cambio en un solo día la maldición en bendición!

Quiero que entienda que Dios no te va a librar del horno, pero si del fuego. Hay situaciones que vas a tener que atravesar pero el Señor, el cuarto varón estará contigo para librarte!

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Y ANTES QUE LA LAMPARA FUESE APAGADA

LOS 10 PRINCIPALES CONSEJOS DE SALOMÓN PARA LOS JÓVENES

BUENAS DECISIONES