300 DENARIOS Y DOS CORAZONES


 

El evangelio de San Juan en el capítulo 12 vs. 1 al 8 nos relata la historia de lo que aconteció en una cena organizada en honor a Jesús en Betania. Esta cena se realizo en casa de Simón el leproso, estaban allí lázaro, a quien Jesús había resucitado y principal organizador, se encontraban sus hermanas Marta y María y unos cuantos de los discípulos de Jesús, entre ellos Judas Iscariote, quien le habría de traicionar. En lo mejor de la cena, María, sin mediar palabra se acerco a Jesús y derramo a sus pies un frasco completo de perfume de nardo puro. La Escritura nos dice que se trataba de una libra de una costosísima fragancia. Casi medio litro de un extracto que representaba prácticamente, el ahorro de todo un año de trabajo, ya que, según la cotización inequívoca del propio Judas, aquel perfume valía unos 300 denarios. Un denario era una moneda de plata romana que equivalía al jornal diario de un obrero. Aquel acto provoco reacciones inmediatas: Por una parte la aprobación de Jesús diciendo “buena obra ha hecho” y por otra, la crítica de Judas, que veía en aquel acto un desperdicio, una mala inversión. Estas dos mentalidades o reacciones siguen presentes en nuestros días cuando de honrar a Jesús se trata. Nunca faltan los Judas que movidos por un corazón mezquino, ladrón y escondidos detrás de excusas mentirosas, juzgan a aquellos que con corazón abierto derraman su ofrenda de amor a los pies de Jesús. Los Judas son aquellos que siempre ponen en tela de juicio que se debe hacer con la plata de la iglesia, juzgan si es bíblico pactar o no, dudan de dar el diezmo y hasta les cuesta ofrendar porque su corazón es ladrón, no hacen ni dejan hacer, son líderes de la crítica y de las doctrinas tramposas; dicen ser  “defensores de los pobres” pero la realidad (tal como lo manifestó Jesús) es que son ladrones que miran sus propios intereses y bolsillos y por eso les cuesta derramar su sacrificio. Déjeme decirle una verdad por más dura que sea: Cuando usted no entrega el diezmo que es santo, pues le pertenece al creador, usted es ladrón, cuando critica el dar, usted está manifestando el corazón de Judas, cuando usted cuestiona y confabula con otros respecto a  la manera en que abría que dar, usted está siendo gobernado por el espíritu de Judas Iscariote. Hay razonamientos que parecen lógicos pero son humanos y están fuera de la voluntad de Dios. Judas manifestó que hubiese sido mejor vender aquello y darlo a los pobres. Cosechó muchas adhesiones entre los propios discípulos del Señor Jesús, los cuales dijeron “amen”. La idea parecía piadosa, sin embargo Jesús los reprendió y los censuro. Muchos que sirven a Jesús, no han entendido nada de lo que significa honrar a Jesús, por eso todo lo cuestionan y mantienen su mano cerrada, en definitiva ninguno hizo lo que esta mujer hizo. Amigo, desarrolle el corazón de María quien por amor y gratitud (cuánto vale la vida de un hermano?) derramo lo más preciado que tenia a los pies de Jesús. No necesitó palabras, sus hechos hablaron de su amor. Nunca olvide: Nuestra ofrenda y sacrificio muestran nuestro amor por Jesús. De su decisión depende su futuro, Judas termino perdiéndose para siempre, y su nombre siendo despreciable, en cambio María sigue hasta hoy siendo recordada por lo que hizo y goza del favor de Dios en su Reino. 


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