INDIGNACION

 


En la Semana Santa en la que recordamos la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, en tan solo una semana se abrían de precipitar los sucesos que cambiarían la historia de la humanidad para siempre. Hasta ese momento Jesús había rehusado recibir reconocimiento público, es mas en muchas ocasiones pidió  a sus seguidores que mantuvieran en secreto sus milagros. Todas las profecías sobre el debían cumplirse en Jerusalén a partir  de aquella entrada triunfal en que la multitud lo exclamo como mesías e Hijo de Dios. Toda Jerusalén estaba expectante aquel día, los ojos de todos estaban puestos en el, los religiosos, las autoridades romanas, el gentío, los propios discípulos, todos tenían distintas expectativas, algunos esperaban ver milagros, como la tan comentada resurrección de lázaro, otros, como los seguidores esperaban que Jesús se proclamara el líder o rey de los judíos y encabezara a partir de allí una revolución libertadora contra el Imperio Romano, sin embargo Jesús decide entrar a Jerusalén montado sobre un burrito en señal de su carácter pacífico y humilde, los reyes, los liberadores entraban a las ciudades en caballos y carruajes, el creador del universo lo hizo montado sobre una cría de burro que nunca había sido montado.

Jesús estaba decidido en aquella semana a cumplir el propósito por el cual había sido enviado por su Padre, libertar al mundo de sus cadenas de pecado a través de su muerte en la cruz.  Y comenzó su obra aquel día purificando el templo, lo primero que hizo Jesús al entrar a Jerusalén


  fue dirigirse al templo, que en aquella temporada se preparaba a recibir a miles de visitantes por causa de la fiesta de pascua, y se indigno contra los que allí comerciaban y realizaban lucros personales. Echo fuera a los que vendían y compraban diciéndoles mi casa,  casa de oración será llamada mas ustedes la han convertido en cueva de ladrones. Tras purificar el templo con aquella acción de indignación temeraria, vinieron a los ciegos y cojos y los sano. No se relata en ninguna otra parte de los evangelios de milagros hechos en el templo, todos los milagros de Jesús fueron en la calle, en las casas, algunos pocos en la sinagoga, pero no en el templo! Porque? La respuesta la hallamos aquí, simplemente en el templo no estaba Dios, el no era honrado. Fue necesaria primero la presencia de Jesús, segundo la purificación para que luego llegara el tiempo de la bendición y los milagros.

Ese templo de Jerusalén representa hoy su corazón, su vida, ya que la biblia declara que usted y yo somos templo del Espíritu Santo. La pregunta es la siguiente: Como esta su corazón? Quizá dentro de el hay propósitos torcidos, practicas y costumbres que Dios reprueba, quizá reina el engaño, la avaricia. Nuestro corazón puede ser un lugar de encuentro con Dios, de profunda adoración o una cueva de intereses mezquinos. Dios quiere habitar y manifestarse en corazones puros. Si su corazón está sucio, si su vida interior esta desordenada Cristo quiere entrar y limpiarla. Hoy es día para indignarnos como Jesús, sin indignación no hay cambio, no hay bendición. Indígnese contra el pecado, indígnese contra los pensamientos sucios, odie lo que Dios odia, rechace lo que Dios rechaza, indígnese contra lo que le separa del propósito para el cual usted fue creado, solo así usted podrá disfrutar de las bendiciones y milagros que el Señor tiene para usted.

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