LA ORACIÓN DE ANA

 



Ana por años estuvo triste, sufriendo la tristeza de no poder tener lo que tanto deseaba, la tristeza de la frustración, la tristeza de tener que soportar la burla y el menosprecio, la tristeza de saber que a medida que el tiempo pasaba su sueño se hacía más lejano, hasta que un día ella entro al santuario, presento su voto y una promesa delante de Dios, hizo su oración y no estuvo más triste!

Que fue lo que le sucedió? Le cayó un hijo del cielo? No! Ella sintió la alegría y la paz que trae la Fe, la certeza de saber que Dios había oído su oración y que por lo tanto su respuesta venia en camino!

Eso es exactamente lo que debe producir en usted la Fe: Alegría y paz. Quien conoce a Dios y vive la fe no puede vivir atormentado, ni desesperado ni amargado por los desafíos de la vida, si usted hizo lo correcto: Busco a Dios en la intimidad del Santuario, Clamo a él derramando todo su corazón, e hizo su voto, su mejor esfuerzo, entonces ahora descanse en la certeza de que Dios no le va a desamparar, El hará que usted alcance los deseos de su corazón.

El primer síntoma de la Fe, en aquel que se acerca a Dios es: Paz y alegría.

Porque esta oración de Ana fue respondida y la de los años anteriores no? Si la biblia dice que cada año ella subía al santuario con la misma petición? En esta oración ella se enfoco en lo que podía darle a Dios y no en lo que podía obtener de Él. Ella hizo una promesa diciendo: “Si me dieres un hijo varón yo lo dedicare a Jehová todos los días de su vida…”

Ella renuncio a su sueño personal, renuncio a su deseo egoísta, para ajustarse al plan de Dios para su vida, en otras palabras ella entendió que Dios es primero y que cuando él es honrado todo lo demás viene por añadidura.

Ella produjo vida en su vientre, pero para Dios…Dios va a darte hijos, trabajo, casa, abundancia, realizaciones, cuando entiendas que todo proviene de Dios y todo debe volver a Dios.

Vas a engendrar cuando entiendas que es más importante lo que Dios desea que tus propios deseos!

Dios no atiende caprichos, Dios no atiende deseos carnales y personalistas, Dios no responde a quienes  van detrás de una vida superficial de realizaciones materialistas sin sentido, Dios responde a aquellos que están dispuestos a entregarlo todo en el Altar aun antes de poseerlo, a quienes toman el compromiso de rendir su propia vida y todo lo que puedan llegar a lograr.


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