ADORADORES O ESPECTADORES? (DOMINGO DE RAMOS)

 


El domingo de ramos es el primer día de la semana santa y conmemora la entrada triunfal que Jesús realizo a Jerusalén montado sobre un asno. Ese día, después de tres años de ministerio, se proclamo rey y recibió adoración como tal. En esa semana se desencadenaría la historia más sagrada de todos los tiempos: la pasión, la muerte y la resurrección del Mesías. En esa semana quedaría sellado nuestro destino para siempre. Jesús marca una antes y un después en la historia de la humanidad y de nuestras propias vidas.

En el relato de los evangelios encontramos algo muy llamativo. Dos grupos de personas, dos actitudes diferentes ante Jesús. Unos son los “del Camino” y los otros los de la “ciudad”

 

La gente del camino desborda en alegría y su proclamación es nítida: “¡Hosanna al Hijo de David” bendito el que viene en nombre del Señor! esta proclamación iba acompañada de gestos concretos “Y la multitud tendía sus mantos en el camino y otros cortaban ramas de árboles…”

 

Por el contrario, cuando entra en la ciudad hay una conmoción, sí, pero no en el sentido festivo que acabamos de ver, sino en sentido racional: “¿Quién es éste? Y la gente decía: este es Jesús el profeta, de Nazareth de Galilea”

 

Dos formas distintas de pertenecer al pueblo de Dios:

 

Los de la ciudad representan a aquellos que solo han tenido un encuentro intelectual con Jesús. Lo conocen pero solo a través del razonamiento, la historia, el conocimiento. Ven a Jesús como un “profeta” es decir un portador de un buen mensaje, pero no le reconocen como rey, Mesías y enviado de Dios. Prueba de ello es que permanecen distantes, indiferentes y hasta escépticos a la fe y lo milagroso. Ponen en tela de juicio todo lo nuevo, porque son estructurados y, como todo lo razonan no pueden aceptar aquello que va contra su forma de pensar. Se aferran más a una tradición, a sistemas de creencias que a la fe simple y sincera de “los del camino”. Todo lo nuevo representa para ellos una amenaza, todo lo juzgan, lo critican, se consideran a si mismos mas “espirituales” que los demás. En definitiva estos quedan excluidos del reino de Dios. Para ser parte del reino hay que tener una fe simple. Ellos esperaban un Mesías entrando en un carruaje real o un caballo blanco y no sobre un burro. El que tiene una fe intelectual busca el “hoy, el ahora”, los que tienen la fe simple, ven mas allá del presente.

 

Los del camino son los verdaderos adoradores, verdaderos seguidores, verdaderos discípulos, pues han tenido un encuentro espiritual. Han aceptado la verdad y la verdad los hizo libres. Sus características son:

 

Siguen a Jesús en el camino: Los verdaderos discípulos permanecen en una senda en las buenas y las malas, incluso cuando el camino es descendente, están donde Jesús esta. Los verdaderos discípulos se involucran, acompañan la visión, se juegan por un ideal, se sienten parte de un equipo y del reino.

 

Confiesan A Jesús abiertamente: Un verdadero seguidor de Jesús es aquel que no se avergüenza de identificarse con Cristo. Muchos buscan mimetizarse con el “color” de este mundo y hasta practican los mismos pecados y estilo de vida para no ser marginados. Aquel que no confiese a Cristo públicamente en esta tierra el Padre le negara delante de sus santos ángeles.

 

Rinden ofrenda: La proclamación iba acompañada de gestos concretos. Un verdadero discípulo no solo “dice” sino también, y sobre todo, “hace”. Los seguidores del camino estuvieron dispuestos a sacarse de lo suyo para ponerlo a los pies de Jesucristo. Esta usted dispuesto a dar de lo suyo para el avance del Reino?...esta dando usted ofrenda y sacrificio que prepara el camino para que Jesús llegue a muchas vidas? No importa lo que usted ofrende, un burro, un manto, una rama de olivo…lo importante es el corazón del ofrendante, eso habla de su fe y su amor por Dios, quien nada da, nada ama, quien mucho da mucho ama. Todavía en nuestros días el reino de los cielos esta siendo extendido (comenzando por Jerusalén y hasta lo ultimo de la tierra…) por lo tanto es necesario sembrar en el camino para que Jesús sea puesto en alto.

 

Conclusión:

 

Hay dos formas de pertenecer al pueblo de Dios, dos formas de conmemorar la semana santa: O somos adoradores o somos espectadores, o hacemos u opinamos, nos involucramos o miramos de lejos, a que grupo pertenecerá usted?

 

 

 

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