CRISIS - OPORTUNIDAD


 

Junto con esta pandemia del coronavirus, llegaron palabras que antes no usábamos, al menos no con frecuencia, y que de a poco las fuimos incorporando a nuestro léxico; “protocolo, fase, 1,2, 3, aislamiento, cuarentena, distanciamiento social, curva de contagio, etc.” hasta nos sentimos más intelectuales repitiéndolas en nuestras conversaciones o redes. Pero hay una en particular a la cual, al menos los argentinos, estamos acostumbrados hace tiempo, y es la palabra crisis. Se habla de crisis sanitaria, crisis económica, crisis mundial, crisis laboral, crisis emocional. A muchos de nosotros ya nos genera temor porque hemos crecido teniendo que enfrentar distintas crisis. Pero esta crisis pandemica en particular, ah generado como pocas veces yo he visto un temor generalizado. No me sorprende que muchas personas, aun cercanas, estén inclinadas a pensar lo peor, aterradas con la idea de la muerte, del contagio, del "Apocalipsis Now", porque las crisis provocan eso, sacan lo mejor o lo peor de nosotros a relucir. La crisis puede despertar al valiente que duerme dentro tuyo o tus peores miedos y cobardías. La crisis te puede aterrorizar y encerrar o empujar al atrevimiento, a desafíos, a enfrentar con coraje. Todo depende en donde decidamos pararnos: en la resignación o la indignación. No podemos evitar las crisis, son parte del mundo en que vivimos, lo que si podemos elegir es la actitud con la cual enfrentarlas. Hay quienes se resignan, es decir, se amoldan a la situación, se ajustan el cinturón, dejan que las cosas sucedan, se dejan arrastrar por la corriente, y aceptan con sumisión que la realidad les pase por encima. El resignado es aquel que ha perdido toda capacidad de reacción, de luchar, de enfrentar, de al menos intentar hacer algo para cambiar su historia. El resignado es aquel que no opone resistencia, aquel que se rinde sin antes luchar. El resignado es aquel que dice “No se puede hacer nada, hay que esperar, esta es la realidad y no se puede cambiar!”. El indignado, en cambio adopta una actitud opuesta, no acepta su condición sino que con fe y determinación decide cambiar y lucha sin rendirse.

Tenemos que entender que toda crisis esconde en si una oportunidad, tanto de cambio, como de poner fin a una etapa, para comenzar una nueva. Pero algo es claro, nada cambia si yo no cambio. Usted no tiene que esperar que la situación cambie, debe cambiar usted para que cambie su realidad.

Personas hoy exitosas empezaron sus caminos llenos de frustraciones y fracasos, enfrentaron situaciones límites y la decepción, pero en todos hay un factor común, nunca se rindieron.

El famoso productor, animador y guionista Walt Disney fue despedido de un diario local porque “le faltaba imaginación y no tenía buenas ideas”. Luego de algunos intentos fallidos, creó en 1923, The Walt Disney Company, una de las empresas de entretenimiento más grandes del mundo.

 Las decepciones, las crisis, las desventuras no son el fin para aquellos que luchan, sino el principio de una etapa mejor.

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