"Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec. Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol. " (Éxodo 17: 11-12) Mientras Josue y los hombres valientes estaban en el valle luchando contra los amalecitas, Moisés estaba en lo alto del collado llevando adelante la estrategia espiritual: Sostener la Vara en alto. Mientras Moisés mantenía sus manos alzadas Israel prevalecía, pero cuando las bajaba el pueblo de Dios era superado por sus enemigos. El secreto, pues, era mantener los brazos en alto y la vara de Dios por encima de todo. En mas de una ocasión Moisés se canso, por lo cual Aaron y Hur debieron ayudarle sosteniéndole los brazos en alto, y a  consecuencia de ello, los amalecitas fueron vencidos. La biblia dice: 

  Cuando Dios llamo a Moisés a conducir al pueblo de Israel camino a la tierra prometida le pidió que usara, para manifestar su poder, la vara que tenia en su mano. Con esa vara Dios demostró su poder convirtiéndola en culebra, provocando las plagas que vinieron como castigo sobre Egipto, separo las aguas del mar Rojo, Moisés golpeo la Roca de Horeb e hizo brotar agua para saciar la sed de todo el pueblo, entre otras muchas demostraciones del respaldo divino. Esa vara representa la fe a través de la cual podemos manifestar el poder de Dios y lograr cosas increíbles y sobrenaturales. Ahora bien, cuando Dios comisiona a Moisés el ya tenia la vara en su mano. De hecho Dios le pregunta: "¿que eso que tienes en tu mano?" (Éxodo 4:2). Todos tenemos una fe natural, ella nos impulsa a realizar los actos cotidianos con la esperanza de que tendremos progreso. Sin esa fe natural no tendría sentido levantarnos o ir a trabajar esperando una recompensa, sin esa fe natural no esperaríamos n

  Camino a la tierra prometida, Israel se encontró con un enemigo que se opuso a su avance. Su nombre era Amalec. Los amalecitas eran un pueblo nomade que básicamente vivían de saquear y matar a los que pasaban por aquellos caminos. Estos vieron en Israel una presa fácil, un pueblo compuesto por ancianos, niños y mujeres indefensos sin preparación militar alguna y decidieron atacar por la retaguardia, empezando así por los mas débiles. Su objetivo era robar, destruir y matar impidiendo así que Israel cumpliera su anhelo de llegar a Canaan, la tierra prometida. Siendo Moisés advertido por Dios de esta situación y sabiendo que aquella batalla no se podría librar con fuerza humana, pone en marcha el plan de Dios para enfrentar a tan cruel enemigo. " Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano. E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron

  Cuando nos acontecen cosas negativas, inexplicables, que no podemos entender y que creemos no merecer, nuestro mundo interior se desmorona y junto con el nuestro sistema de creencias. Una enfermedad repentina, la pérdida del trabajo, un revés económico o simplemente una injusticia vienen a amargarnos la existencia. Es en estos momentos   que debemos creer (aunque no lo sintamos) que Dios está en control, que él está detrás de la situación y que todo obrara para bien. Es por ello que si te encuentras en un pozo, te digo: “vas a salir, te vas a levantar”. Hay experiencias dolorosas que desde luego preferiríamos evitar pero que son parte del plan maestro de Dios para nuestras vidas. Basta con repasar la historia de José… Aquel día era uno más como tantos para este jovencito de apenas 17 años. Sale con sus hermanos al campo a realizar las tareas encomendadas por Jacob su padre, luciendo con orgullo su túnica de colores, la que su padre le había regalado. Nunca hubiese imaginado que aqu