SACRIFICARLO TODO


 

Sera que hay obreros y obreras que sirven a Dios con tristeza? Cuyas vidas no manifiestan una victoria total?  Que por momentos no están muy convencidos de lo que hacen para Dios? Siervos y siervas de Dios que aman sinceramente al Señor Jesús pero que aun no han descubiertos el secreto de un éxito total. La respuesta es sí! Hay quienes conocen la palabra de Dios, que desde hace muchos años son creyentes, que se postran ante Jesús y le reconocen como maestro y bueno, mas aun así sus vidas no evidencian una satisfacción total, es como si algo faltara.

Un joven rico se acerco a Jesús, quería saber cómo heredar la vida eterna. Inmediatamente Jesús le pregunto si conocía los mandamientos, a lo que respondió que a todos los guardaba desde temprana edad. Jesús conociendo su corazón, le dijo: “una cosa te falta, ve vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres y ven y sígueme”. El joven se fue desilusionado y triste, pues no estaba dispuesto a sacrificarlo todo. Lo que lo entristeció no fueron las palabras de Jesús, sino su temor de soltarlo todo.

Este joven tenía en frente la gran oportunidad de su vida, de empezar una nueva vida con Jesús, de convertirse en su discípulo y seguirlo, pero la dejo pasar porque su corazón no estaba dispuesto al desapego, a dejarlo todo.

Al Igual que este Joven hay hombres y mujeres que aman a Jesús, le reconocen como Maestro, como Señor bueno,  procuran guardar sus mandamientos, pero aun así UNA COSA LES FALTA

Esa cosa que falta es la entrega total, es vender lo que le ata a la tierra, para hacer tesoro en el cielo. Siempre que usted tenga su afecto puesto en las cosas terrenales, menor va a ser su tesoro en el cielo. Jesús le enseño que si él se despojaba de lo terrenal su tesoro en el cielo seria mayor.

El problema del rico no era el dinero, el problema era que él lo amaba más que al Señor Jesús.

Seguir a Cristo y ser discípulo exige una renuncia total. No se puede servir a dos señores porque amara más a uno y aborrecerá al otro.  Este es el problema, cuando el siervo de Dios tiene el corazón partido: Quiero seguir a Jesús, pero quiero seguir también mis pasiones, quiero ser un discípulo del Señor, pero quiero seguir con la vida que estoy llevando, quiero agradar a Dios, pero no quiero soltar el pecado, quiero honrar a Dios pero también quiero quedar bien con la familia y los que me rodean! Llega un momento en que su corazón y su mente se dividen de tal manera que el servicio entra en mediocridad, y no lo digo en el sentido peyorativo de la palabra sino en base a su significado: Quedarse en el medio, a mitad de camino, no culminar con éxito lo que se emprende. Por lo tanto la mediocridad es el resultado de un corazón que sirve a dos señores.

 

Que es lo que tienes que sacrificar? El joven debía sacrificar sus posesiones, pues eso era lo que ocupaba el primer lugar en su vida. Que ocupa el primer lugar en su vida? Sacrifíquelo y siga a Jesús! Los discípulos que estaban allí oyendo entendieron a que se refería Jesús, por eso Pedro le dijo: “He aquí, nosotros lo hemos dejado y te hemos seguido” y Jesús le respondió: “De cierto de cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre o mujer o hijos o tierras por causa de mi y del evangelio que no reciba cien veces más…” La conversación de Jesús con los discípulos no deja lugar a dudas: siervo es el que lo deja todo, el que lo sacrifica todo en el Altar.

 

Vende todo lo que tienes: Jesús le pidió todo. No le dijo, puedes entregar una parte, tampoco le dijo puedes hacerlo gradualmente, no! La entrega debe ser total, sin reservas, ni etapas.

 

Que debemos sacrificar los siervos del Santuario?

 

1-El orgullo: es eso que nos duele cuando somos corregidos. Eso lo que nos impide ser enseñados, aprender.  Es lo que nos impide bajar la cabeza, obedecer aun cuando creemos que tenemos la razón. Es no querer perdonar, ni arreglarme con mi hermano. Orgullo es lo voy a hacer a mi manera, es no rendir cuentas, no querer tener a nadie encima,  no querer ser supervisado. 

2-La vida emocional: Dejar de llevarnos por el corazón y los sentimientos y más por la razón y una fe inteligente.  Somos emocionales cuando somos hipersensibles, cuando nos cuesta pasar por alto la ofensa y perdonar,  cuando nos ofendemos con facilidad, cuando pasamos largo tiempo sin cerrar heridas, no soportamos el error ajeno pero si queremos que soporten los nuestros, somos emocionales cuando pensamos que todo lo tenemos que “sentir” y si no siento no lo hago (eso es inmadurez). Somos emocionales cuando nos dejamos bajonear por las circunstancias, por lo que nos sucede en vez de confiar en las promesas del Señor. Somos emocionales cuando esperamos el estimulo externo permanente.

3- Los apegos personales: La familia es una bendición, los hijos son una bendición, la esposa es una bendición! Pero entonces porque Jesús dijo que hay que dejar estos afectos?  Los que servimos a Dios tenemos que poner la familia en segundo lugar, los amigos en segundo lugar, el novio, la novia en segundo lugar,  incluso observando que si ellos son tropiezo para servir a Dios con perfección es mejor soltarlos. Abraham, tuvo que soltar su parentela y no fue hasta que eso se cumplió totalmente en su vida en que vino la promesa del Señor.  Pablo fue dejado por la familia y desheredado.  Usted tiene que entender que el trato Dios lo tiene con usted, no con el resto.  El siervo de Dios desarrolla vínculos espirituales y no almaticos de amiguismo, complicidad, secretos, amores y odios porque no edifica ni a uno ni a otro.

A mayor responsabilidad, mayor renuncia y mayor recompensa:

Jesús le dijo al joven, quieres seguirme? Quieres ser perfecto? Entonces sacrifica todo! El Señor no obliga, el invita. Somos nosotros los elegimos ser o no discípulos. Cuanto más nos acercamos a la perfección, cuanto más de cerca queramos seguir a Jesús mayor será el nivel de sacrificio y renuncia. No es igual el sacrificio del que colabora cuidando un vehículo, que el que enseña, predica, o ministra a otras personas. Cuanto más uno desea ser usado por Dios mas tiene que limpiarse!.  Si bien el costo es alto la recompensa también lo es: La herencia de los Siervos de Dios es la familia espiritual, es disfrutar de las posesiones del Reino, todo multiplicado por cien y la vida eterna.

Nuestro compromiso es Con Jesús y con el evangelio:  “Por causa de mi y del evangelio” , es decir no solo con Jesús sino también con la divulgación de las buenas noticias, lo dejamos todo, lo entregamos a todo para que el evangelio sea predicado, esto es lo que estamos enseñándole a nuestros futuros pastores, que por causa del evangelio nos debemos ofrendar por completo al Señor.


 


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