DE TAL PALO, TAL ASTILLA? (Campaña del santuario en la Fe de Ezequias)

 

Existe un refrán que reza: "De tal palo, tal astilla" y si bien es cierto que a menudo los hijos se nos parecen, están aquellos que deciden cancelar la historia de fracaso familiar para hacer las cosas a la manera de Dios y triunfar en la vida. Este es el caso del Rey Ezequias. Su padre, Acaz, fue un pésimo rey en Juda que ignoro a Dios y profano el templo con toda clase de paganismo e inmundicia. Ademas hizo alianza con naciones paganas y les sirvió. Ante tan mal ejemplo uno podría llegar a pensar que su hijo repetiría lo aprendido, mas no fue así. Cuando con 25 años Ezequias sube al trono, lo primero que hace es buscar a Dios y reparar el templo y el Culto al único y verdadero Dios de Israel, Jehova de los ejércitos. Ezequias fue distinto a su padre, no cometió sus errores, porque el eligió agradar a Dios y no a su familia.

Cada uno forja su destino en esta vida. Si bien la herencia cultural, familiar y espiritual tiene peso, no es determinante, ya que Dios nos ha dado libre albedrío y la fuerza de la decisión y la fe para escoger que camino queremos seguir. Hay quienes infelizmente repiten los mismos errores de sus antepasados como si se tratara de una maldición hereditaria y hay quienes, como el caso de Ezequias, deciden dar un giro de 180 grados y cambiar su estrella.

Claro que para lograr una identidad independiente, fuerte, sana y desapegada de los errores de nuestros progenitores uno debe realizar una elección de vida: Sigo el camino de mis padres con sus errores y consecuencias? o sigo el camino de Dios con su ventajas y beneficios?. Quien busca agradar a la familia, quien busca mimetizarse al entorno pronto vera en su propia vida repetirse los errores y fracasos del paso, en cambio quien busca agradar a Dios haciendo su voluntad cosechara frutos de bendición y éxito.

Honrar al padre y respetarlo no significa seguir sus malos pasos. Usted fue llamado a ser diferente, a triunfar donde otros fracasaron.