TRES AMORES (Campaña del Santuario en la fe de Ezequias)

 





"En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá. Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés. Y Jehová estaba con él; y adondequiera que salía, prosperaba. El se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió." 2 Reyes 18: 5-7



Ezequias puso toda su atención y su corazón en tres cosas: Dios, Su Ley y su Casa. Por causa de establecer bien sus prioridades espirituales y de gobierno, fue bendecido por Dios y no hubo otro como el.

Ezequias no se dejo arrastrar por la inmoralidad y la idolatría reinante de sus días, por el contrario, el realizo una profunda limpieza moral y espiritual en la nación, provocando así que el pueblo se volviera a Dios. Tengamos en cuenta que en aquellos días, no solo los habitantes de Jerusalen sino aun los propios sacerdotes y Levitas, los encargados de las cosas santas,  habían olvidado la ley de Dios. La primer decisión de gobierno de Ezequias fue abrir las puertas del Templo. El convoco a volverse a Dios, a la ley de Dios y a cuidar y amar la Casa de Dios. Otra fue la historia a partir de aquella determinación. Atrás quedaron los días de esclavitud, sometimiento, pobreza y confusión y Jehova, Dios de Israel, volvió a manifestarse con poder en medio de ellos.

En nuestros, días también es menester, volver a este primer amor a fin de que la gloria de Dios se manifieste. Muchas personas viven en indiferencia espiritual, sin medir el peligro que aquello implica para ellos y para sus futuras generaciones. Incluso muchos de los que sirven a Dios, lo hacen con apatía, como quien cumple una responsabilidad, pero sin poner el corazón. Los resultados también son visibles en nuestros días: Hogares destruidos, iglesias, raquíticas, y derrota en vez de victoria es la constante en muchas vidas. ¿que hacer frente a esta situación? Vivir la fe de Ezequias! Hay que volverse a Dios, a la ley de Dios y a la casa de Dios. Sin estos tres amores no hay restauración posible, no hay gloria. Quien vive lejos de Dios, de su ley y de su casa no puede esperar otra cosa que no sea derrota. En cambio quien pone a Dios, su Palabra y su Casa en el centro de su corazón solo cosechara victorias!







Comentarios

Entradas más populares de este blog

Y ANTES QUE LA LAMPARA FUESE APAGADA

LOS 10 PRINCIPALES CONSEJOS DE SALOMÓN PARA LOS JÓVENES

BUENAS DECISIONES