VOLVERE!


 

El Evangelio según San Juan, en el capítulo 20, nos habla de un lienzo que había sido colocado sobre el rostro de Jesús cuando Él fue sepultado.

Después de la Resurrección, cuando el sepulcro fue encontrado vacío, ese lienzo no estaba caído a un lado, como la sábana que había envuelto el Cuerpo de Jesús. El Evangelio reserva un versículo entero para contarnos que el lienzo fue doblado cuidadosamente y colocado a la cabeza de la piedra donde estuvo su cuerpo.

Pero ¿por qué Jesús dobló el lienzo que cubría Su cabeza en el sepulcro después de resucitar?

Bien pronto por la mañana de domingo, María Magdalena fue hasta el lugar y descubrió que la pesadísima piedra que bloqueaba la entrada del sepulcro había sido quitada. Ella corrió y encontró a Simón Pedro y a Juan, y les dijo:

“¡Retiraron el Cuerpo del Señor y no sé a dónde Le llevaron!”

Pedro y el otro discípulo corrieron hasta la tumba. Juan pasó delante de Pedro y llegó primero. Se detuvo y observó los lienzos, pero no entró. Entonces Simón Pedro llegó, entró en el sepulcro y vio los lienzos allí dejados, mientras que el lienzo que había cubierto el rostro estaba doblado y colocado a un lado.

¿Esto es importante? Si!

Para poder entender el significado del lienzo doblado, tenemos remitirnos a la tradición judía de la época.

El lienzo doblado tiene que ver con una dinámica diaria entre el amo y el siervo. El siervo, cuando preparaba la mesa de comer para el amo, procuraba tener la certeza de hacerlo exactamente de la manera deseada por su señor.

Después que la mesa era preparada, el siervo quedaba esperando fuera de la visión del amo hasta que él terminase de comer. El siervo no se atrevería nunca a tocar la mesa antes de que el amo hubiese acabado. Al terminar, el amo se levantaría, se limpiaría los dedos, la boca y la barba, haría una bola con el lienzo y lo dejaría en la mesa. El lienzo arrugado quería decir: “He terminado“.

Ahora bien, si el amo se levantaba y dejara el lienzo doblado al lado del plato, el siervo no se aventuraría aún a levantar la mesa, porque ese lienzo doblado quería decir: “¡volveré!”.

Aun un falta un acontecimiento para que Cristo termine su obra completa: venir por los suyos. Ese día Los que murieron en La fe resucitaran y los que hayamos quedado vivos seremos transformados a un cuerpo incorruptible para unirnos con el Señor para siempre. Ese día el lienzo quedara arrugado!

 


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