CUANDO UNA PUERTA SE CIERRA

 


Cuando una puerta se cierra, no significa necesariamente que usted haya fracasado, sino que debe redirigir sus pasos hacia nuevas oportunidades. Si no perdemos la fe y la paciencia Dios ha de dirigirnos hacia una puerta mejor.

En el segundo viaje Misionero fueron muchas las puertas que se le cerraron al apóstol Pablo. Sistemáticamente el Espíritu Santo lo fue apartando de cada ciudad que el tenia en sus planes. Seguramente habrá sido muy frustrante y desconcertante para él. La motivación era la correcta, la actitud, y el empeño lo era también, sin embargo los resultados no eran los esperados por él. ¿Qué estaba pasando? Acaso Dios estaba enojado? Acaso Satanás estaba resistiendo su accionar? No! Esas puertas cerradas estaban marcando un redireccionamiento de Dios. Los planes de Pablo eran buenos y nobles, pero los de Dios eran mejores!

Uno Puede tener un buen plan, y de hecho es bueno y saludable tenerlo, pero a menudo Dios tiene otra cosa, otra puerta, otra persona, otra oportunidad en nuestro camino. Dios le mostro en visión a Pablo un varón Macedonio que le decía: “Pasa a nosotros y ayúdanos”. Inmediatamente Pablo entendió que Dios estaba abriendo una puerta mejor y más grande. La nueva ruta lo llevo por ciudades clave de aquel tiempo: Filipos, Corinto, Éfeso. Desde allí el evangelio se extendería más de prisa y con mayor contundencia. Escribiéndoles luego a los corintios les refiere: “Porque se me ha abierto puerta grande y eficaz…” (1º Corintios 16:9)

Por ser obediente a la visión y la dirección del Espíritu Santo, Pablo obtuvo más y mejores resultados que si se hubiese encaprichado en insistir parado frente a sus propias puertas.  Cuando Dios te cierra una puerta abierta, es porque ya abrió una mejor para ti!

-Cuando sus planes no funcionen no se frustre, ni se condene. Recuerde que los planes de Dios son más grandes y más altos que los nuestros.

-Hay puertas que Dios cierra para evitarnos dolor y retraso o simplemente para redirigirnos hacia algo mejor. Dios le moverá de lo bueno para llevarle a lo excelente!

-Sea obediente a la visión y la guía del Espíritu Santo, no se encapriche frente a sus puertas. Sea flexible, deje que Dios le redireccione constantemente.

-No pierda tiempo: Lo que más nos frustra no es la puerta cerrada, sino la pérdida de tiempo y energías puestas en algo que no va, que no funciona. No pierda tiempo. La Escritura dice que Pablo luego de la visión “Enseguida”  redirecciono su camino, consiguió los boletos de barco y fue en la dirección que Dios le mostro. Haga los cambios que Dios le está mandando hacer. El retraso puede ocasionarle dolor y pérdida.

Muévase en la fe de que esa nueva puerta que Dios pone por delante suyo será la indicada y de bendición!

 

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