LA OFRENDA DE ABEL

 


La Biblia nos enseña que la historia de la humanidad comienza con Adán y Eva, la primera pareja humana que Dios estableció en el Edén, el paraíso de Dios, ellos tenían acceso directo a la presencia de Dios y a todas las bendiciones materiales del Huerto, no les faltaba nada, pero cuando ellos desobedecieron a Dios, comiendo del fruto prohibido, su realidad cambio drásticamente. El pecado dejo sus secuelas, espiritualmente perdieron la intimidad con Dios, materialmente quedaron fuera del paraíso y el bienestar,  teniendo ahora que trabajar duro para conquistar el progreso. Dios sacrifico un animal y con esas pieles cubrió la desnudez del hombre y de la mujer, aquel sacrificio era figura de Cristo, el cordero de Dios sacrificado en la cruz para tapar nuestra vergüenza y condición pecadora. Adán y Eva le enseñaron a sus hijos, que nacieron fuera del huerto, fuera de la gracia,  a relacionarse con Dios, a respetarlo y obedecerlo. Le enseñaron que así como Dios había derramado sangre para cubrirlos ellos también debían poner la sangre en el Altar para ser aceptados por Dios. Llego el momento en que cada uno de ellos preparo el altar y se dispuso a presentar la ofrenda. Caín, que era labrador, trajo una ofrenda de los frutos de la tierra; Abel el menor, que era pastor de Ovejas, trajo la primogénita y mejor criada y la sacrifico entera para Dios. Dios acepto el Sacrificio de Abel, pero no aprobó la ofrenda de Caín. ¿Por qué Caín no califico? ¿Por qué Dios no se agrado de la ofrenda de Caín? Porque en esa ofrenda no hubo sacrificio, no hubo esfuerzo, no hubo entrega total, el dio cualquier cosa, lo que le vino en gana, fue una ofrenda de compromiso. La ofrenda muestra lo que hay en el corazón del ofrendante, la ofrenda habla de lo que hay en nuestro corazón, el corazón de Caín era malo, egoísta y su ofrenda por lo tanto fue mala. Cuando hablo de ofrenda no me estoy refiriendo tan solo a lo que echamos en el alfolí, o a nuestros diezmos y a nuestros pactos, ofrenda es todo aquello que yo debo rendir en el Altar en reconocimiento del Señorío de Cristo: Mi tiempo, mi servicio, mi renuncia, mi obediencia incondicional también son parte de mi ofrenda… damos la sangre, la vida o damos lo que nos sobra?, Damos lo primogénito o damos lo ultimo? Damos lo más gordo o damos lo de menos valor? Nuestra bendición y progreso dependen de nuestra ofrenda. Si yo quiero que Dios me bendiga, es decir, que hable bien de mi, si yo quiero ser justificado y aceptado por Dios, si yo quiero que el cielo y la tierra se abran para darme lo mejor de ellos, entonces debo procurar que mi ofrenda agrade a Dios, que sea una ofrenda de sacrificio, de valor. Note lo que dice Hebreros 11:4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.”

Primero: la ofrenda de Abel, fue de Fe…que es fe? Certeza de lo que se espera, convicción de lo que no se ve.

Al dar Abel sacrificio su fe estaba puesta en que iba a agradar a Dios y que iba a obtener el favor de Dios para que la tierra maldecida por causa del pecado, le diera lo mejor. Todos vivimos bajo las consecuencias de la maldición, envejecemos, nos enfermamos, tenemos problemas, y todo nos cuesta mucho, mas cuando yo me acerco a Dios y rindo mi ofrenda lo que hago es que la bendición de Dios contrarreste los efectos de la maldición. Maldición y bendición, son leyes…de echo Dios las promulgo claramente sobre los montes Ebal y Gerizim y las podemos leer en el libro de Deuteronomio. Maldición es una ley, no tengo que hacer nada para envejecer, es una ley, la mujer no puede evitar los dolores de parto, es una ley…pero bendición también es una ley que dice que cuando yo obedezco a Dios y doy lo mejor en el Altar, la ofrenda habla por mi y Dios me abre los cielos y me hace caminar por sobre los problemas. Para que usted lo entienda mejor; hay una ley que se llama ley de gravedad, todo cuerpo es atraído hacia el centro de la tierra, se puede contrarrestar? Si! De hecho los aviones vuelan y no se caen porque alguien descubrió la ley de la aerodinámica que permite que un semejante avión vuele como un pájaro en el cielo. No puedo anular una ley pero puedo fluir bajo otra, así también es la vida del ofrendante como Abel, no puedo anular la maldición, pero puedo fluir bajo la bendición de Dios y volar por encima de los problemas.

Segundo: La ofrenda de Abel fue de excelencia, mientras que la de Caín no. Dios mira con agrado aquello que hacemos con excelencia, excelencia es dar lo mejor de mí. Durante muchos años la iglesia camino bajo un pensamiento de mediocridad, donde todo daba igual, donde todo era hecho de una manera pobre “total es para Dios” “Dios no mira lo de afuera” y bajo estas excusas todo era hecho con mediocridad y los resultados por ende eran mediocres. Ahora bien, hebreos 11:4 dice que la ofrenda de Abel hablo por él, su ofrenda refleja lo que usted es, lo que usted lleva en el corazón, no hay un divorcio entre lo interior y lo exterior! No es verdad decir que aunque mi ofrenda es pobre mi corazón no, sino que está lleno de amor por Dios, porque la ofrenda refleja lo que hay en el corazón. Mire, lo que usted va a hacer, hágalo con excelencia, lo que va a dar, delo con excelencia, sacrifique lo mejor de usted en el altar y Dios le abrirá su buen tesoro el cielo.

Caín se puso mal porque Dios no aprobó su ofrenda, su proceder, su corazón, decayó su semblante y se lleno de celos contra su hermano. Las personas que tienen el corazón de Caín manifiestan las mismas características: quieren la aprobación de Dios, pero no quieren pagar el precio, quieren ser usadas por Dios, pero no están dispuestas a hacer morir lo mejor de ellas en el altar, quieren el fuego, pero no quieren poner nada sobre el altar, usted les habla de ofrenda y les cambia la cara, se les borra la sonrisa (mire al que está a su lado)… “te dije que en esta iglesia te sacan la plata”, llega el momento de la ofrenda y les toma el apuro por ir al sanitario…¿Por qué se decae tu semblante? Alégrese! Su sacrificio es garantía de victoria Dios prometió el 100 x1 para aquellos que lo dan todo!

Segunda característica de los que tienen el corazón de Caín es la envidia: “de donde saco el pastor para hacer semejante templo?” “de donde saco el obrero para comprarse un cero kilometro?” “yo no entiendo como los pastores se fueron tan arriba” Si el pastor se viste bien, le falta humildad, si se viste flojito da una mala imagen y no representa al Reino, si se compra un buen auto, seguro que es con los diezmos, despilfarra la plata de la iglesia, si anda en autito viejo, le falta fe, no es como cash Luna, El pastor no prospera porque es pastor (el 90% de los pastores son pobres) el pastor prospera porque sacrifica en el altar y es ley de Dios bendecirlo, cualquiera que sacrifique será también bendecido. Hay mucho Caín por allí que está dispuesto a matar por celos, no matan el cuerpo pero matan con las palabras, matan con lo que escriben en las redes sociales, matan sembrando opiniones malintencionadas, matan sembrando dudas, discordias y mentiras…a los que tienen el corazón de Caín Dios les dice: “no envidies, no mates…si haces bien, si en vez de envidiar, adoptas la misma actitud de los que son bendecidos y prosperados vas a ser enaltecido también!

Caín tenía la posibilidad de cambiar, de enmendar su error ¿Qué tenía que hacer? Presentar una mejor ofrenda e iba ser enaltecido y aprobado por Dios.

Si tu ofrenda en este año fue pobre, si no distes lo mejor de ti, si no cumpliste tus votos, si no pusiste todo lo que tenias que poner en el altar, Dios te dice: tengo una nueva oportunidad para ti…quiero que hagas bien y serás enaltecido. Quizá tu sientas que no estuvo la aprobación de Dios, el respaldo de Dios sobre tu vida…quizá en más de una oportunidad te abras preguntado porque Dios no me responde, porque no actúa, porque no me bendice? La respuesta está en el altar, la ofrenda fue pobre, el corazón no fue entregado por completo, tu ofrenda determina tu victoria!

Pero también tengo una palabra de Dios para los “Abel”, para aquellos que sienten que lo dieron todo, que lo sacrificaron todo, para aquellos que en este año cosecharon victorias, saborearon el éxito y fueron aprobados por Dios. No te alejes del altar, no te separes ni un instante de la presencia de Dios, Satanás querrá apartarte del altar, llevarte a territorio enemigo, el levantará a algún Caín (un mal hermano, un falso amigo) para distraerte, para alejarte de tu propósito, de tu sueño. Satanás sabe que mientras estés en el altar, rendido, no te puede tocar, el buscará hacerte sentir confiado, seguro de ti mismo a fin de que te tomes licencia para bajar tu rendimiento. Porque Caín le dijo Abel “salgamos al campo…” porque no lo mato allí en el altar? Porque cuando uno está en la presencia de Dios, el Diablo no te puede tocar…

Pastores, obreros, equipo ministerial a seguir aferrados al altar a seguir sacrificando porque aun después de muertos su ofrenda seguirá hablando por ustedes. Amén.

 

 

 

 

 

 

 


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