HEBREOS
Dios es Dios de los hebreos (éxodo 3:18). Cuando hablamos de hebreos inmediatamente lo asociamos con Israel, pero “hebreo” no es ser judío, judío es una nacionalidad, hebreo es una actitud de vida. La palabra “hebreo” significa cruzador de ríos o “quien pasa del otro lado” “el que va más allá”. Antes de tener un lugar, una patria llamada Israel, ellos fueron hebreos, un pueblo sin tierra pero con promesa, un pueblo cruzador de límites, de mares y ríos, pero también cruzadores de adversidades. Entonces entendamos que cuando la Biblia dice que “Dios es el Dios de los hebreos” no está hablando solo de los israelitas sino también de todos aquellos que como vos y yo cruzamos ríos, vamos para adelante, enfrentamos adversidades y marchamos hacia cambios positivos.
Hubo tres momentos trascendentes en la historia del
pueblo de Dios en que él los hizo cruzar las aguas para promocionarlos y
llevarlos a otro nivel:
Abraham es el primero en la Biblia en ser llamado hebreo.
Josué 24:2-3 dice que Dios tomó a Abraham del otro lado del río (Éufrates),
tierra de dioses extraños y lo trajo a la tierra de la promesa, del incremento
y de la fe. Del otro lado del río la tierra de los Caldeos se había vuelto
idólatra, pagana, diabólica, allí Dios no podría engrandecer a Abraham, el
debió renunciar a todo eso, más cuando cruzó el río, él se transformó en el amigo
de Dios y padre de la fe.
Hay gente aquí que tiene que cruzar su Éufrates, tenes que
salir del pasado, de la tierra del pecado, de la tierra de las costumbres
viejas, la tierra de dioses ajenos, de las cosas que ocupan el lugar que Dios
debería ocupar en tu corazón. Solta la vieja mentalidad, solta la idolatría a
lo que sea y Dios te va a dar una promesa, bendiciones innumerables y engrandeceré
tu nombre y tu familia y te convertirás en amigo de Dios!
CUANDO ISRAEL CRUZA EL MAR ROJO:
Cuando Israel cruzó el Mar Rojo dejo para siempre la
dependencia y la esclavitud de Egipto y nunca más le volvió a ver la cara al
faraón. Cruzar el Mar Rojo fue la promoción hacia su libertad. De un lado del
Mar Rojo estaba la tristeza, la opresión, el llanto y del otro el gozo y la
alegría. Dice que cuando ellos cruzaron, danzaron y cantaron y alabaron a Jehová.
Durante cuatrocientos años estuvieron en Egipto
escuchando cosas como estas: Son unas langostas; ustedes no son más que
esclavos, mano de obra barata; no sirven para nada; son inferiores, nacieron
para esclavos. 400 años sin poder desarrollar sus capacidades, sus sueños, su
potencial. Pero cuando cruzaron se cortó la esclavitud y se activó lo
sobrenatural en ellos.
Tenes que cruzar tu Mar Rojo y dejar atrás la mente de
esclavo, de miseria, de pobreza, de langosta, de pequeñez, de no puedo, no
tengo, de resignación. Vas a cruzar tu mar, vas a celebrar de alegría y del
otro lado vas a ver la provisión sobrenatural de Dios! Comerás del mana y las
codornices, tendrás agua pura de la roca, y el Señor será tu sombra de día y tu
calor por las noches, Dios hará que tus cosas no se envejezcan ni se rompan, el
te va a guiar día tras día a una tierra en que fluye leche y miel!
CUANDO JOSUÉ CRUZA EL JORDÁN:
Cuando Josué tomó el lugar de Moisés debió introducir al
pueblo a la tierra prometida. El Jordán era el límite geográfico. Atrás estaba
quedando el desierto y del otro lado la promesa, la conquista, la tierra, la posesión,
la herencia definitiva. De un lado quedaba lo viejo, lo defectuoso, la queja,
la rebeldía y del otro lado del Jordán llegaría el tiempo de la nueva
generación de los que conquistan.
Alguien va a cruzar este año su Jordán! vas a dejar atrás
el desierto, el tiempo de la queja, de la rebeldía, de la desobediencia, y Dios
te va a introducir a la tierra que te prometió. Se termina el tiempo de dar
vueltas, de envejecer sin ver resultados, sin conquistar nada porque detrás de
ese Jordán que hoy estás enfrentando esta tu conquista, tu herencia, tu
posesión. Llegarás, la tomaras, la disfrutaras y la traspasaras como herencia a
tus hijos y generaciones!
Solo anímate a ser “hebreo” cruzador de ríos, acepta el
desafío, no te estanques del otro lado del Éufrates, o del Jordán, enfrenta el
reto, los cambios, se fuerte en el día de la prueba. Te aseguro que no morirás
en el intento y Dios te promocionará y te pondra bien en alto!
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