DAMNATIO MEMORIAE

 


Dijo Milan Kundera, dramaturgo checo nacionalizado francés, autor de la “Insoportable levedad del ser”

"El primer paso para liquidar a un pueblo es borrar su memoria. Destruir sus libros, su cultura, su historia. Luego hacer que alguien escriba nuevos libros, manufacture una nueva cultura, invente una nueva historia. Pronto la nación empezará a olvidar lo que es y lo que fue. El mundo a su alrededor lo olvidará todavía más deprisa.”

En la antigüedad existía el Damnatio memoriae (condena de la memoria). Nombre latino con que se conoce una decisión tomada por el poder político o religioso, por la que se condenaba al olvido oficial y a la execración a algún personaje, su nombre, sus efigies, etc., debiendo ser desfigurados o destruidos todos aquellos objetos que los reprodujesen. Cuando el Senado romano decretaba oficialmente la damnatio memoriae, se procedía a eliminar todo cuanto recordara al condenado: imágenes, monumentos, inscripciones, e incluso se llegaba a la prohibición de usar su nombre. Muchos emperadores también se vieron afectados por esta práctica.

Pero no fueron los romanos los primeros en echar mano de llevar al olvido la memoria de un sujeto o pueblo. En Egipto, por ejemplo,  quien sufrió este castigo fue Akhenatón. Su ciudad fue destruida completamente; de hecho, pedazos de los muros se llevaron a otras ciudades para construir otros muros. Se trató de borrar toda su memoria por haberse rebelado contra el sistema religioso politeísta por la adoración a un solo Dios.

A lo largo de la historia muchos pueblos fueron sometidos, sus templos destruidos, sus monumentos derribados y sus libros quemados en un intento por destruir su memoria y lograr así su aniquilación total.

Nosotros, el pueblo de Dios, tenemos una identidad que cuidar, una historia, una cultura pero también tenemos un enemigo que nos quiere conquistar y destruir, el maligno, nuestro adversario Satanás. El es sagaz y mas sabe por viejo que por diablo. El tiene en claro que esta misma “condena de la memoria” que sirvió para destruir la identidad de pueblos enteros se aplica a la iglesia del Señor. El procura con astucia cambiar verdades, por verdades a medias, robarnos la memoria, despojarnos de nuestros símbolos e iconos y torcer la palabra de Dios con tradiciones de hombres.

Me llama poderosamente la atención que para la sociedad de consumo semana santa se resuma a: Un fin de semana largo, vacaciones, rosca dulce, huevo de chocolate, conejito de pascua, pescado, cabalgata, etc. Hemos suplantado una identidad, una verdad, un hecho contundente y sagrado por tradiciones de hombres de infinito menor valor. Son pocos los que se abrazan con fe y devoción al verdadero significado de la pascua cristiana. Es más, me atrevería a decir que una inmensa mayoría no sabría que responder si se les preguntase acerca del significado de la pascua. Esto muestra a las claras que el plan de Satanás de sustituir la memoria y la verdad en cierta medida ha funcionado. Una encuesta de un diario arrojo como resultado que más del 60% no tiene ninguna intención de participar de actividad espiritual alguna.

Alguien me dirá: “Pastor, no sea tan religioso! Que tiene de malo un huevito de pascua, o comer una rosca!” Aclaro que me gusta el chocolate y las roscas y que me llevo bien con los conejos, no tengo nada en contra de ellos. El problema es cuando caemos en la trampa del diablo y permitimos que las tradiciones de hombres, suplanten una verdad que no debería ser negociable. Mi temor es que nuestros hijos y nietos terminen asociando la pascua con un huevito, o unas empanadas de vigilia y se les borre de la memoria el verdadero significado de esta fecha.

Cuáles son los verdaderos símbolos de la pascua? El Pan y el Vino. Estos representan el cuerpo y la sangre del Señor Jesús. Cuantos son los que conmemoran la pascua así? Y eso que el propio Señor dijo “hagan esto en memoria de Mi” sabiendo como operaria Satanás para nublar la memoria de las futuras generaciones.

Usted y yo somos los caballeros templarios de este siglo, custodios de lo sagrado, de la memoria, de la verdad, de la identidad y de nuestros símbolos sagrados. Cuidemos de ellos con celo. No permitamos que tradiciones humanas suplanten la historia más maravillosa de todos los tiempos: El amor de Dios plasmado en la cruz.

El pueblo de Israel lleva más de 5800 años de historia, fue perseguido y masacrado como pocos, mas de una vez llevados al borde de su aniquilación total, pero como han logrado sobrevivir, superar la adversidad y seguir teniendo una identidad tan clara? Con memoria, no negociando sus tradiciones y manteniendo vivas sus fiestas, símbolos y literatura.

Sabe cuál es el peligro de ser tolerantes y permeables a aceptar e incorporar tradiciones humanas y consumistas? Que pronto entraremos en el olvido de la verdad. Conmemoremos pascua como Jesús nos enseño.

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