Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La
cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!”, (Eclesiastés 4:12 DHH).
El matrimonio es más que una relación de amor, es más que un
compromiso, es más que irse a vivir juntos, es un pacto. En el matrimonio
cristiano el hombre y la mujer hacen un pacto con Dios. Quien falla a ese pacto
no le está fallando al conyugue le está fallando a Dios, es por eso que Pedro
dice que donde hay problemas matrimoniales las oraciones tienen estorbo. El
pacto está diseñado para no romperse, y si se rompe deja secuelas muy profundas
difíciles de reparar. El pacto es hasta que la muerte los separe, no hasta que
se me acabe el amor o la paciencia.
Ahora bien, es imposible mantener un pacto si no hay un compromiso con
Dios, por eso es fundamental que Dios este en la relación, es decir en el
corazón de ambos. Solo eso asegura que la unión no se rompa.
El
cordón de tres dobleces representa:
1-Unión:
la unión de los tres hilos hace la fuerza, eso lo convierte en un cordón
resistente y duradero. Este es el diseño de Dios para la vida sentimental.
Satanás va a intentar traer desunión en la familia para debilitarla y romperla,
el fomentará el egoísmo.
Las
personas se distancian por egoísmo, las parejas se destruyen por el egoísmo.
Hoy la realidad nos muestra matrimonios con identidades separadas, proyectos
separados, dinero separado, y hasta camas separadas! Este no es el diseño de
Dios. En un matrimonio o pareja donde esta Dios la identidad es compartida, el
esfuerzo también. Cuando el hombre y la mujer piensan lo mismo, sienten lo
mismo, caminan juntos, proyectan juntos, administran juntos, no hay lugar para
que nada ni nadie entre a romper esa unión, pues son una sola carne!
Hoy
tenemos matrimonios donde imperan pensamientos tales como: “Yo necesito mi
espacio” “déjame hacer mi vida” “No te metas en mi vida” “Es mi plata y con
ella yo hago lo que quiero!” “Yo a vos no te tengo que pedir permiso” “Yo salgo
con mis amigos y vos salí con los tuyos si queres”. Esa pareja no está en el
diseño original de Dios, no son “una sola carne” por lo tanto no va a funcionar
porque lo que no es de Dios no perdura!
Los
que son de Dios piensan en términos de DAR Y RECIBIR (primero dar!) el egoísta
no! Porque está centrado en sus gustos y conveniencias, es mezquino, no pone
las necesidades del otro por encima de las suyas. No hace del matrimonio la
prioridad, Si bien es cierto que la pareja no es
la única relación significativa que tenemos, si debes ser la más importante,
pues es con quien compartes tu proyecto de vida.
La
persona egoísta:
-Solo
ve lo que es importante para sí misma.
–
Ningún otro punto de vista es tan importante como el propio.
– Hace planes para los dos, sin consultarte.
– Da algo cuando quiere recibir algo a cambio.
– Es imposible intercambiar ideas, porque siempre tiene la razón.
– No te pregunta por tus cosas ni por tus sentimientos, tampoco los toma en
cuenta.
– Cuando algo no le gusta o no quiere, dice "no", sin explicar mucho
más.
– No te escucha cuando le estás hablando, y después se ofende.
– Dice que "no soporta los reclamos".
– Pasa más tiempo hablando de sí misma que de cualquier otra cosa.
Estoy
convencido que uno de los mayores destructores silenciosos del matrimonio es el
egoísmo. Si el corazón no está rendido a Dios, el orgullo y el egoísmo harán
pedazos cualquier relación. Si usted quiere un matrimonio unido y feliz
entréguele su corazón a Dios y pídale que él lo transforme. Si estas pensando
en casarte o ponerte de novio, busca a una persona que ame a Dios con todo su
corazón, y que te demuestre que está dispuesto a poner a Dios y a ti por encima
de todo, aun sobre sí mismo. Recuerda: donde reina el egoísmo siempre habrá
división, donde reina de Dios habrá amor para toda la vida! Cordón de tres
dobleces no se rompe pronto (Eclesiastés 4:12). Ese cordón eres tú, tu pareja y
Dios!
Comentarios
Publicar un comentario