CUANTO MAS BURRO MEJOR

 


Nosotros los pastores, predicadores, obreros y servidores de Jesucristo debemos evaluar nuestra vida y ministerio a la luz del burro de Jerusalén que fue útil a los propósitos del Señor, en su entrada triunfal. Cuanto más nos parezcamos a ese burro,  mas estaremos en la voluntad de aquel que nos llamo.

El predicador o servidor de Jesucristo…

-Debe servir para poner a Cristo en alto y no para exhibirse el.

-Debe ser humilde. Las alabanzas y aplausos eran para Jesús no para el burro.

-Debe ser dócil, dejarse montar. Burro terco no sirve para la misión.

-Debe tener una asignación profética.  Es Dios quien elige, llama y santifica. Ya había sido profetizado 400 años antes lo que pasaría con ese pollino.  Predicador que se auto promueve no llega muy lejos.

- Debe ser libre de sus propias ataduras y complejos.

-Debe dejarse encaminar, así como aquel burro fue guiado por dos discípulos del Señor.

-Debe entender que  lo que traerá grandeza a su vida es la presencia de Cristo y no su propia capacidad. Somos pequeños y comunes servidores. Lo que hace especial al predicador es quien está sobre él y  el manto que se le coloco.

-Debe entender su propósito primordial: Soy lo que soy y hago lo que hago porque “el Señor me necesita” podría hacerlo sin mí, pero en su gracia me hace partícipe. Cualquier otra motivación me hará un burro más.

Cuanto más burro mejor!

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Y ANTES QUE LA LAMPARA FUESE APAGADA

LOS 10 PRINCIPALES CONSEJOS DE SALOMÓN PARA LOS JÓVENES

BUENAS DECISIONES