ORACIÓN Y ACTITUD (EN LA FE DE GEDEON)

 


Cuando el pueblo de Israel clamo al Dios vivo, tras siete años de opresión, Dios atendió su clamor y mando un profeta que los encaminara en la verdad y el arrepentimiento, condiciones sin las cuales sería imposible la restauración. Hubo dos visitas enviadas por Dios a su pueblo en aquellos días: El profeta y el Ángel del Señor. El profeta hablo con todos, pero al ángel hablo solo con Gedeón, Porque? Porque Gedeón tenía actitud. El no solo oro sino que cuidaba su cosecha. Cuando el ángel le fue al encuentro, Gedeón estaba sacudiendo el trigo y guardándolo en un lagar para esconderlo de los enemigos. El no estaba dispuesto a resignar su comida y la de su familia. Gedeón tenía una actitud de indignación y no de resignación frente al problema. Hay personas que oran pero su actitud no acompaña su oración. Orar, ora cualquiera, pero la oración que produce manifestación es aquella que va acompañada de la actitud correcta. Por ejemplo: si usted ora, pero no congrega, no busca a Dios, su oración es débil. Si usted pide en oración que Dios le prospere pero usted no abre su mano para ser un dador o diezmista, como espera obtener resultados? Si usted ora para rendir un examen, pero no estudia, será que Dios lo va a hacer por usted? La oración tiene que estar acompañada de la actitud correcta. Dios te tiene que encontrar orando, pero también haciendo, porque la fe sin obras está muerta. La actitud de Gedeón de esconder el trigo, representa cuidar lo que tenemos, luchar por lo nuestro, no resignar nuestra cosecha, defender aquello por lo que nos hemos esforzado. Dios no se manifiesta a  cómodos o resignados sino a aquellos que pesar de sus desventajas y problemas hacen algo para revertir la situación.

Si usted anhela la manifestación del Ángel del Señor en su vida y la victoria sobre el problema que le tiene mal, ore y acompañe la oración con una actitud de lucha e indignación y Dios peleara junto a usted.

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