MOSCAS MUERTAS


 

Eclesiastés 10:1

“Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable”.

En estos días la atención de muchos estuvo puesta en el cielo. Todos los medios de comunicación daban cuenta de un cohete chino de 22 toneladas que estando fuera de control en el espacio, de un momento a otro podía caer en cualquier lugar. Finalmente se desintegro, como era de esperarse, al entrar a la atmósfera terrestre y se desparramo sobre el océano índico. La pregunta del millón era: “Donde será que va a caer? Si cae sobre nosotros puede provocar un desastre verdad? Que más nos puede pasar tras esta terrible pandemia?”. Claro, lo que asustaba era el tamaño, algo tan grande como de la altura de un edificio de diez pisos cayendo a la tierra asusta a cualquiera.

Si hay algo que nos está enseñando la pandemia que estamos atravesando,  es que no siempre es el tamaño del peligro el que determina la destrucción. Cuantos millones de muertos en el mundo ya se ha cobrado el Corona virus?, y este no tiene el tamaño de un edificio o de un asteroide, por el contrario, es tan pequeño que solo puede ser visto a través de un microscopio de gran aumento. Es increíble que algo casi invisible pueda provocar tanta perdida.

A esto se refería el sabio Salomón cuando dijo: “Las moscas muertas echan a perder el perfume del perfumista”.

LO PEQUEÑO PUEDE ESTROPEAR A LO GRANDE.

UN PEQUEÑO DESCUIDO, POR INSIGNIFICANTE QUE PAREZCA PUEDE ARRUINAR AÑOS DE TRABAJO Y DEDICACION.

Antiguamente el perfumista realizaba  sus ungüentos y aceites mezclando distintos componentes que,  con el paso del tiempo, el cuidado y la maceración, darían como resultado una fragancia exquisita y costosa. Pero si una mosca caía en el perfume y no se quitaba rápidamente, podía echar a perder todo el trabajo de meses.

El perfume es nuestra vida, las moscas son aquellas pequeñas cosas que a menudo no le damos importancia, que las creemos insignificantes y que justamente por ello, van realizando su trabajo silencioso. Hábitos negativos que no cambiamos, palabras que no deberían salir de nuestra boca, pequeños arrebatos de mal carácter y de ira, y lo que algunos suelen llamar “pecaditos” de los que nadie se va a enterar y que “no afectan a nadie”. Es que justamente por ser “PEQUEÑECES” las dejamos pasar. Son pecaditos, son pequeñas actitudes, pequeños momentos de locura, que pensamos: “Que mal me pueden hacer?”

Sin embargo, la realidad es otra!...

…Un virus Tan pequeño puede arrebatar millones de vidas…

…Cuanto le lleva a una persona estudiar, formarse, y llegar a ser alguien? Años!; más de veinte quizá,  verdad?, pero en un minuto,  atraído por las drogas, el alcohol o el sexo, uno ve derrumbarse todo ese futuro y potencial. Años tirados a la basura en un instante!

…Años de matrimonio, se destruyen por algunos minutos de aventura e infidelidad. Años de felicidad conyugal se destruyen por una palabra hiriente, por una actitud altiva o violenta, por una discusión tonta, por el orgullo de no ceder ni pedir perdón, y para esto basto solo unos minutos

Cuantas jovencitas por años estuvieron soñando con el día de entrar inmaculadas del brazo de su padre al altar para encontrarse con su príncipe azul y cumplir así el sueño de formar una familia, pero de pronto se entrega a su novio, sin aceptar que la Escritura dice que “el amor todo lo espera”, y junto con ese embarazo prematuro vienen las tristezas y los cambios de planes.

…Piense en ese hombre, toda una quincena trabajando para desperdiciar lo ganado, el pan de sus hijos, en unos minutos en el bingo, o saliendo a tomar con los amigos. Otros cuentan como los ahorros de su vida se perdieron para siempre por confiar en un embaucador.

…Usted que es hijo de Dios, años cuidando tu testimonio, tu santidad, tu relación con Dios, años sirviendo a Dios con integridad y una discusión tonta, una raíz de amargura, un desviar tu mirada hacia la vanagloria de este mundo, un minuto de escuchar esa adulación o esa critica que tanto te hirió y de repente se arruina tu perfume, ese olor fragante que cultivaste para Dios.

Y así podríamos seguir mencionando cuantas pequeñas cosas echan a perder las grandes.

Así como las moscas debían ser quitadas a tiempo, así también debes sacar de tu vida aquellas cosas que, aunque insignificantes, pueden arruinar tu hogar, tu felicidad, tu futuro.

No dejes pasar nada. No seas tolerante con lo que tarde o temprano te va a arruinar. Si hay cosas guardadas en tu corazón las tienes que sacar. He visto gente con potencial,  vivir amargadas por guardar “moscas muertas en el corazón”. Muchas veces esas palabras no dichas, esos malos entendidos, esas pequeñas diferencias no habladas a tiempo son las que generan que huelas a amargura y no ha felicidad, que el matrimonio no funcione, que en el equipo de servicio te sientas incomodo, que tus sueños se desmoronen.

Hoy es día de quitar las moscas muertas y cuidar el valioso perfume que supiste conseguir.

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