LA MURMURACIÓN

 



Números 12: 1-16

María Y Aarón  hablan mal de su propio hermano Moisés porque éste toma una mujer etíope por esposa. La decisión de Moisés estaba errada, ya que la instrucción de Dios era que su pueblo no se mezclara con otras naciones, pero el error de Moisés no les daba derecho a murmurar contra él ni a sembrar su descontento en medio de todo el campamento. Dios oyó esa queja y murmuración que salió de la boca de María y Aarón y se enojó contra ellos, por causas de ese enojo María quedó leprosa por 7 días, lo que causo que ella quedara excluida del campamento. Dios en su misericordia, y gracias a la oración intercesora de Moisés, al cabo de esos días la sanó y la restableció a la vida normal dentro del pueblo.

Muchas veces vemos errores, defectos y pecados en nuestro hermano, familiar, o ser querido y nos sentimos inmediatamente movidos a erigirnos en jueces, cuando el único juez justo es Dios. No juzgues para no ser juzgado! (San Mateo 7: 1-5)

Que la razón esté de nuestro lado no nos da derecho a desparramar el error ajeno. La biblia dice no murmuréis los unos contra otros (Santiago 4:11). El pecado de María fue que ella habló a espaldas de Moisés. Podría haberle dicho a su hermano su disconformidad, pero no, puso en oídos de todo el pueblo su malestar, poniendo al pueblo en contra de Moisés. Cuando tienes algo contra alguien, haz lo que dijo Jesús, ve estando él y tu solo y arregla la situación porque de esta manera habrás ganado un amigo, pero no desparrames en oídos ajenos el error de tu hermano (San Mateo 18:15-20). Peor delante de Dios es el que desparrama el pecado que aquel que lo comete.

La lepra le entró por la boca: Sus palabras atrajeron consecuencias. La biblia dice que por toda palabra ociosa que sale de nuestra boca daremos cuenta delante de Dios (San Mateo 12:36). Hay quienes se enferman por lo que sale de su boca, hay quienes no adelantan por lo que sale de su boca, hay quienes contristan al espíritu santo y sus ministerios no avanzan por lo que sale de sus bocas. Que los dichos de tu boca y la meditación de tu corazón sean gratos delante de Dios en todo tiempo! (Salmos 19:14)

En nuestros días este pecado abunda. Miles de personas a nuestro alrededor critican, juzgan, murmuran, señalan o se hacen eco de información que a ellos no les consta. No solo causan un gran daño al criticado sino que atraen maldición sobre sus propias vidas, ya que Dios no soporta la lengua calumniadora. Cuántas personas comparten en sus redes sociales veneno y críticas a los siervos de Dios u otras personas, sin tener la certeza de la veracidad de lo publicado, y así sea verdad, eso no les da derecho ante Dios de sumarse a la multitud que tira piedras y juzgan.

No permitas que la lepra y la enfermedad te entre por la boca, no retrases los planes de Dios para con tu vida, no traigas dolor a tu vida y campamento.

Si como Moisés oras a Dios por misericordia el va a acortar las consecuencias, te va a sanar, liberar y restaurarte como al principio!

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