TU BURRO CUENTA

 


San Marcos 11:1-11

Domingo de ramos nos recuerda la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en lo que fue su última semana antes de su crucifixión. Muchos son los personajes que aparecen en escena en aquel día: Los religiosos que miraban de lejos, la multitud que acompañaba celebrando a Jesús, los discípulos que fueron parte de todos los preparativos, pero yo quiero llamar tu atención sobre el burro y su dueño, ya que Jesús entro por las puertas de Jerusalén montado sobre un burro que no era de su propiedad, sino que tenia dueño. La cosa fue así. Jesús comisiona a dos de sus discípulos y le da la siguiente instrucción: Vayan a la aldea que está enfrente, en el recodo de la calle hallaran un asno que nunca fue montado aun, desátenlo y tráiganmelo y si alguien le dice…eh! Que están haciendo? Díganle que el Señor lo necesita. Tal como Jesús dijo así sucedió y los discípulos se hicieron del burro y se lo trajeron a Jesús.

Imagínate que Jesús pase por la puerta de este lugar y diga: “De quién es ese bonito auto que está allí enfrente estacionado?...es mío Señor! Porque? Porque lo necesito! Cual sería tu reacción?…ahora vamos mas allá aun. No fue Jesús directamente quien lo pidió sino sus discípulos y sabiendo Jesús que esto podría generarle dudas al dueño del burro, les dijo a sus discípulos: “Díganle simplemente que el Señor lo necesita” así que, como reaccionarias si el pastor te dice: “Dame tu burro o tu auto porque el Señor lo necesita!?” ya me están mirando feo! Voy mas allá…Que tal si te digo: Quiero un burro a estrenar,  un cero kilometro, el que no fue usado todavía, no quiero un burro 1988, sino un cero Km!  Que dirías? Que pensarías? Como reaccionarias? Estarías dispuesto o no?

Que movió a este hombre a entregar su burro? Seguramente al escuchar…“El Señor lo necesita” lo asocio rápidamente a un pedido del rey. En aquel entonces el rey podía pedir cualquier cosa de tu pertenencia y tú tendrías que dársela sin objeción, o fue quizá que al escuchar “te lo devolverá” se sintió más tranquilo? No sabemos si fue una u otra razón o ambas u otra cosa que paso por su cabeza o su corazón, pero lo cierto es que este hombre entrego su burro para Jesús. Ahora ese burro, ese simple y humilde burrito,  estaba siendo protagonista y útil en los planes eternos del Reino.

No te asustes! no voy a pedirte tu auto, ni tu propiedad, ni cosa semejante, aunque el Rey está en su derecho de pedirte cualquier cosa, pero si vengo a decirte de parte del Rey: El Señor necesita tu burro!

El burro representa lo que tú tienes. Por pequeño e insignificante que lo consideres al ponerlo al servicio del Señor estas siendo parte de la extensión del Reino de Dios, estas colaborando a que Jesús llegue más lejos y sea puesto en alto entre la gente.

Cuál es tu burro? Arrancarle una sonrisa al que está en el hospital?, cambiarle el día a un niño?, apoyar la iglesia con tu ofrenda?, dedicar minutos al día para orar por tu iglesia y tu pastor?, poner tu auto a disposición para traer a alguien a la iglesia? Tu burro es lo que tú tienes, lo que tú sabes hacer. Es hora de soltar el burro que tienes atado y ponerlo al servicio del Rey de reyes y Señor de Señores.

Que se iba a imaginar el dueño del burro que Jesús, el Hijo de Dios, el Dueño del universo iba a querer su burro! Pues si y ya estaba profetizado. Lo que tú tienes, lo que tú eres es importante para Jesús, el cuenta contigo! …lo que Dios hará contigo en este año, lo que Dios hará con lo que tú tienes y pongas en sus manos será parte de un cumplimiento profético, porque esta hora ya estaba profetizada sobre ti: Dios ha de usarte para su gloria!

Todo lo que tu pones en las manos de Dios vuelve a tu vida con creces, bendecido y multiplicado. Jesús le dijo: “Te lo voy a devolver” Jesús no quita, ni resta, cuando Dios pide algo de ti te lo devuelve con creces! Cuando tu le das algo a Dios, vuelve a tu mano ungido y con doble valor…Atrévete a poner lo que tienes en las manos de Jesús y veras como crece, como adquiere valor, como Dios lo hace especial!

El burro volvió siendo burro pero ungido y de más valor…Dale a Dios lo común y El te devolverá lo extraordinario!

Entrégale a Jesús el burro de tu marido…el burro de tu hijo…pon en manos de Jesús tu negocio, tu talento, tu tiempo, tu coche, tu habilidad y veras como lo común se vuelve especial, lo insignificante importante y lo intrascendente trascendente.

Involucra lo que tienes en la obra de Dios y el manto de la unción estará sobre lo que des. Sobre el burro echaron mantos (acto profético, de unción), el manto es cobertura, es protección… Dios se ocupara de lo tuyo!. Viene un manto de unción, de cobertura, de multiplicación sobre todo lo que consagres a Dios. Dios bendecirá tu auto, tu dinero, tu trabajo, tu negocio, el manto hará especial lo que tú hayas puesto en manos de Dios. Amén!

 

 

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