EL BARCO EQUIVOCADO

 

 

Todos nos hemos preguntado en alguna ocasión porque a pesar de ser cristiano y de amar a Dios las cosas no salen del todo como me gustarían? Porque a pesar de esforzarme en un montón de cosas no veo los resultados esperados?  Presta atención a esta historia porque estoy seguro que vas a sentirte identificado y encontraras en ella la respuesta.

Jonás el profeta es comisionado por Dios a ir a Nínive a predicar un mensaje de arrepentimiento, pero  no quiere ir a Nínive, no obedece. Las instrucciones, los llamados de Dios, no son una sugerencia! Lo que Dios te pide no es opcional, no es que si no te gusta o si no es lo tuyo entonces “no es de Dios o no es para mi”, cuando Dios te manda a hacer algo no le des vuelta al asunto. Cuando Dios te está llamando a hacer algo, a cambiar algo, a renunciar a algo, no te está preguntando,  te esta ordenando.

Jonás no quiere predicar porque sabía que Dios seria misericordioso. El debía predicar y llamarlos al arrepentimiento. El intuía que Dios los habría de indultar y tenía cierto rechazo hacia aquella gente. No siempre lo que Dios te manda a hacer te va a gustar, no siempre lo que Dios te pide tiene que ver con tus pretensiones. No esperes que Dios se acomode a tus gustos, planes o intereses, tú tienes que acomodarte a su voluntad!

En vez de tomar el barco hacia Nínive, compra un pasaje para Tarsis. Cuando estaba huyendo de la orden de Dios se levanto una gran tempestad en el mar. Desobedece a Dios y entra en crisis, y más crisis. Porque paso eso, porque la tormenta? Porque estaba en el barco equivocado y en la dirección equivocada. Jonás tenía sus excusas, sus razones, mas estaba equivocado.

Eres hijo de Dios, cumples con todo lo que un hijo de Dios a menudo hace: vienes a la iglesia, diezmas y ofrendas, adoras, haces los propósitos del Santuario pero aun así, tu negocio no adelanta, tu matrimonio esta a la deriva, tu vida interior no está fuerte porque vas en el rumbo equivocado…quizá tu manera de administrar tu negocio va en el rumbo equivocado, tu manera de tratar a tu pareja va en el rumbo incorrecto, ciertas decisiones van en el rumbo equivocado entones Dios permite que se levanten tormentas…para qué? Para rectificar el rumbo! para que los Jonás entiendan las consecuencias de sus malas decisiones y corrijan el rumbo, Dios envía esa tormenta para que los Jonás entiendan que sus malas decisiones arrastran a otros como un efecto colateral, Jonás no solo produce caos en el sino en todos los que iban en el mismo barco.

Todos están preocupados, buscando ayuda en su fe y el único que duerme es Jonás. Generalmente los que producen las crisis son los que se duermen, son los últimos en reaccionar, son los que no ven lo que está pasando, se da cuenta la mujer, los hijos, el amigo pero el esta adormecido y todo por causa de haberse movido del centro de la voluntad de Dios.

Cuando Jonás toco fondo, después de tres días (hay gente dura que aun estando mal no ora, no se humilla), cuando sintió que ya le faltaba el aire y que no iba a poder salir de aquella situación por si mismo hace una oración sentida y en ella le dice a Dios: “Yo pagare lo que prometí!”...para que Dios enviaría esa tormenta entonces? Para que Jonás hiciera esa oración y volviera al centro de la voluntad de Dios!

Tú tienes que hacer esta oración desde el vientre del pez. El vientre del pez es ese lugar donde estas pero no quieres estar, es el lugar de tu tormento, de tu aflicción, de tu prueba. Tu vas a salir de allí cuando hagas tu oración de humillación y te vuelvas a la voluntad de Dios.

A veces no salimos adelante porque hacemos la oración equivocada, oramos reprendiendo la situación el problema, pero no la oración de Jonás. Yo no leo en la Escritura que Jonas haya orado por el pez: “Ballena, vomita a este profeta, te lo ordeno ahora en el nombre de Jesús, te reprendo pez inmundo!”…nos pasamos la vida tomando autoridad sobre el problema, reprendiendo ballenas, reprendiendo tormentas, sin entender que la solución está en hacer la oración de Jonás: Señor yo me voy a alinear a tu voluntad, voy a cumplir mi destino, voy a retomar el camino correcto, voy a subirme a la nave correcta!

La palabra de Jehová vino por segunda vez; levántate ve a Nínive y proclama mi palabra! Dios es un Dios de segundas oportunidades!...pero ojo no le dijo “bueno tomate un año sabático hasta que te repongas porque así no puedes ministrar” no le dijo: “Negociemos, si no quieres ir a Nínive está bien, no te voy a obligar a hacer lo que no sientes!” No! La nueva oportunidad era para que enderece su camino, para que entrara a hacer la perfecta voluntad de Dios. Cuando Dios te da una nueva oportunidad debes aprovecharla!

Por ultimo déjame decirte lo siguiente; si tu estas alineado a la voluntad de Dios revisa entonces de no estar subiendo un Jonás a tu barca, porque gente que no está en la voluntad de Dios hará que tu barca se hunda …quizá hay amigos, gente que entra a tu casa, gente que influencia tu vida que tienes que sacarlos de tu lado…tienes que sacar a los que están fuera de la voluntad de Dios, si tu le estás diciendo esto está mal, esto a Dios no le agrada y tú sigues siendo complaciente, tus planes se verán obstaculizados, van a haber tormentas, perdidas, retrasos…por más que te duela, por más que te hayas enamorado, por más que te de lastima hecha al mar a tu Jonás!

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