INTENTALO UNA VEZ MAS

 

No hay nada más desalentador y frustrante que ver que tus esfuerzos no producen resultados, que levantas una y otra vez la red pero allí no hay nada, que las horas pasan y los resultados no llegan, que te esfuerzas por alcanzar lo que necesitas pero, por alguna extraña razón, los resultados te son esquivos. Toda la noche Simón Pedro había estado en su barca, haciendo lo que sabía hacer, pescando, pero nada! Una y otra vez tiró las redes para luego subirlas vacías. Las horas iban pasando y con ellas las esperanzas de obtener algún fruto de su trabajo. No es difícil imaginarse cómo se sintió Pedro aquella mañana al terminar su jornada: Desalentado, frustrado y resignado.

Hay más de un corazón así aquí en este día, gente que como Pedro se siente desanimada porque sus expectativas no se cumplieron. Tú dices: ¿Tanto esfuerzo y para qué? “La inflación, la devaluación me devoro todo, trabajo todo el día y no veo resultados, lo que gano es para pagar cuentas y apenas para sobrevivir”. Le estoy hablando a alguien está pasando su peor noche de desaliento… apostaste al amor, a la reconciliación a salvar esa relación, pero no fuiste correspondido, echaste tus redes apuntando a un nuevo trabajo, te dijeron le vamos a llamar y nunca te llamaron, invertiste horas hablando con ese hijo, diste tu mejor sacrificio por él y a cambio te dio la espalda, y con sus hechos manifiesta no valorar nada de lo que sembraste en el, diste todo por un sueño que nunca llegó y perdiste ya las esperanzas, te jugaste por esa amistad y te pagaron con traición. Muchos aquí vienen de transitar por su noche de desaliento y hoy te encuentras en la orilla pensando cómo vas a seguir. Todos pasamos por la noche del desaliento, de la pérdida, de la frustración. Sabes cuántas veces los pastores nos vamos a la cama con lágrimas?, sabes cuantas veces como Pedro estamos a punto de lavar las redes para guardarlas, a punto de colgar los guantes porque es difícil seguir, porque a pesar de los esfuerzos, de la oración, ayunos no consigues los resultados deseados, visitas, alientas, inviertes, aconsejas, perdonas, pones lo mejor de ti, le restas tiempo a tu familia, pones de tu propio bolsillo para la obra de Dios, pero la gente no lo percibe, e incluso otros te van a juzgar, menospreciar y traicionar. En esos momentos te sientes cansado como Pedro, te pasan mil cosas por la cabeza y lo único que quieres es irte a casa a buscar un poco de paz y sosiego.

 

Estando en esto llega Jesús, que no parece estar muy compenetrado con lo que está sintiendo Pedro. El está rodeado de una multitud que lo viene siguiendo y para hacer más efectiva la comunicación con su público le pide a Pedro que lo deje subir a su barca para distanciarse un poco y usarla de altar. Pedro no tiene la menor idea de lo que le está por suceder horas más tarde. Cansado, desanimado y aún contrariado en su interior accede a que Jesús suba a su barca y mientras el lava sus redes escucha lo que Jesús tenía para decir. Aquella fue la mejor decisión de su vida, pues no solo Jesús le daría la mejor pesca de su historia sino que le cambiaría la vida para siempre haciéndolo pescador de hombres!

 

Yo estoy aquí para decirte que tu historia va a cambiar! Que tu noche de desánimo está a punto de terminar, y que viene tu mañana de gloria, viene tu pesca milagrosa, esas redes que viste vacías se van a llenar, tu barca se va a llenar, tus lagrimas se van a convertir en alegría, tu tristeza en baile, caerás de rodilla ante la manifestación del poder de Dios, porque Dios te dará mucho más de lo alguna vez pudiste imaginar. Hoy te sientes frustrado, hoy estás en la noche de tu amargura y desaliento, pero detrás de lo que hoy estás viviendo veras la gloria de Dios…lo que viene es abundante!

DETRÁS DE TU ENTREGA VIENE TU RECOMPENSA.

Fue necesario que Pedro dispusiera de su barca para Jesús. Aquella entrega, aquella disposición, desembocó en su bendición. Estás dispuesto a darle a Jesús lo que él te pide? Esa barca representa tu corazón, tu vida, tu tiempo. La bendición viene detrás de lo que tu estas dispuesto a entregar. Dios no va a tomar nada que tu no le des, el no va a entrar en tu barca sin que le des permiso! Subir a Jesús a su barca le cambió la vida para siempre! lo mismo ocurrirá contigo!

Fue necesario que Pedro permaneciera junto a Jesús, en su presencia, escuchando su palabra, siendo parte de aquel “culto matinal” esa fue su inversión. Debes pasar tiempo con Dios! Debes invertir tiempo con él, escucharle, conocerle. Muchos quieren los peces, las redes llenas, la pesca milagrosa, la sanidad, la liberación pero no quieren estar con él,  prefieren evitar el culto, el compromiso, el servicio, no disponen de tiempo para estar en su presencia, quieren las bendiciones pero no al bendecidor!. Pon a Jesús primero, aun por encima de lo que tú sientes y veras como él se va a glorificar en tu situación.

PEDRO,  VUELVE A ECHAR LA RED!

Luego de aquel culto, Jesús le dice a Pedro, boga mar adentro, vamos otra vez, yo sé lo que estás necesitando. Pedro no tenía demasiada fe, el dijo: “Señor toda la noche hemos estado pescando y nada!, no va a pasar nada!  Pero aun así hizo caso, obedeció. Es preferible que lo intentes aun con poca fe a que te quedes en la orilla guardando las redes.

No dejes que la mala experiencia de ayer te prive de tu bendición de hoy, tú no puedes dejar que el fracaso de ayer te gobierne y se haga permanente en tu vida, tu no debes permitir que la tristeza de ayer por la falta de resultados te limite y no te deje intentarlo de nuevo, debes volver a echar la red! Debes volver a intentarlo! Debes creer que ahora con Jesús a bordo, y en su palabra, las cosas serán diferentes!. Inténtalo otra vez porque ahora tienes una palabra, una promesa, una presencia que antes no tenías y esa es tu garantía de victoria.

Las mismas aguas, el mismo lugar que te vio llorar, que vio tu frustración será testigo de tus redes llenas. Allí donde te fue mal Dios te mostrara su poder. Prepárate para recibir más de lo esperado, prepárate para compartir tus bendiciones con los que te rodean, porque vienen días de pesca milagrosa!