EL ESPIRITU DE CAIN

 


El espíritu que obró en Caín hoy se encuentra en muchas personas de nuestro alrededor, incluso en la propia familia: 

Envidioso: le molesta la bendición del otro, no le gusta ver que Dios bendiga a su prójimo

Te hace ver a tu hermano como un rival, como un enemigo a vencer a querer apagar su luz.

Egoísta, porque piensa en sí mismo, en como él se siente, en lo que quiere, le cuesta ponerse en la piel del otro. Nada de compasión, ni de empatía por el otro. No busca el bien del otro sino su propio bienestar y el otro que reviente! Los Caínes quieren la aprobación de Dios, de la gente,  pero no quieren pagar el precio, no quieren dar nada.

Orgulloso: No reconoce sus errores, sus falencias, sus destrato, su mal carácter, su mal proceder, por el contrario siempre está buscando una excusa, una explicación. No da el brazo a torcer, no se humilla, no se arrepiente, está dispuesto a llevar el asunto hasta las últimas consecuencias

No dialoga, pelea, mata con las palabras, con lo que escribe, con lo que postea

Miente, manipula, no dice la verdad, no lo que siente, es escondedor: cuando Dios le pregunta dónde está tu hermano, le está dando la oportunidad de arrepentirse, sin embargo el miente, se mantiene arrogante insensible.

El problema de los Caín es con Dios no con usted, usted es el fusible, es el que enciende la ira porque está en la luz y en la verdad.

El problema de los Caín es su complejo de inferioridad, se comparan, se miden, y se sienten mal y en vez de mejorar se la agarran con el espejo!

Cuál es el castigo que cargan los Caín? Nada les sale bien, no tienen resultados, ni éxito, ni hay bendición, porque no hay respaldo de Dios en ellos. La marca es la humillación, el fracaso, deambulan de un lado a otro buscando levantar cabeza pero no lo consiguen porque no hay arrepentimiento, y siguen a la caza de los “abeles”

Si tienes el corazón de Caín y deseas cambiar, presentar una ofrenda mejor, y no hagas sufrir al ser amado ni apagues su luz para que no brille, busca superarte y aprender con humildad de quienes te rodean y sobre todo presta atención de agradar a Dios.

Para los “abeles” que sufren a los “Caín”, un consejo: No te apartarte del altar, no te dejes manipular, no vayas detrás de sus  caprichos, no te dejes envolver por las palabras, observar sus hechos y se prudente. No entres en su campo!

 

 

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Y ANTES QUE LA LAMPARA FUESE APAGADA

LOS 10 PRINCIPALES CONSEJOS DE SALOMÓN PARA LOS JÓVENES

BUENAS DECISIONES