“En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó
gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los
médicos.” 2 Crónicas 16:12
Asa fue un rey en Judá, que empezó bien, agradando a Dios,
pero que paulatinamente se fue enfriando en su fe y primer amor.
Hacia el final de su reinado enfermo de los pies
(posiblemente gota o gangrena), estuvo así tres años, pero busco ayuda en los
médicos y no en Dios.
No está mal ir al médico, al contrario. Ese no es el punto,
sino en donde estuvo puesta su fe. El confió más en los médicos que en Dios y
allí estuvo su ruina.
Al igual que Asa muchos corren al médico pero no a Dios, se
levantan a las 5 de la mañana para conseguir un turno, pero no para orar, menos
para venir a un culto de la mañana. Algunos pagan lo que sea por un tratamiento
o medicación, pero les cuesta ofrendar para Dios!, obedecen al pie de la letra
lo que el médico les dijo, pero les cuesta obedecer a Dios que es el médico por
excelencia…entonces: Donde está tu fe? No me lo digas con las palabras sino con
los hechos!
No dejes que te pase lo de Asa, vuelve al primer amor y a
tener una fe absoluta en Dios, que tu fe sea consistente, real, busca a Dios en
medio de tus enfermedades, dolencias y pruebas y él se va a glorificar en tu situación.
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