SOLTAR

 


Junto con el término del año se renuevan las esperanzas para el próximo que se avecina. Todos se desean éxito y prosperidad para el nuevo año. Pero, alcanza el deseo para conquistar lo mejor? Desear, es bueno e importante, ya que el deseo es el combustible que enciende lo que estaba apagado, pero el deseo por sí solo no llega muy lejos. El cementerio está lleno de personas que tuvieron lindos deseos pero no los concretaron porque les falto determinación. La determinación es el compromiso, la decisión que asumo de llevar adelante mis planes para alcanzar algo mejor. No alcanza con cambiar el calendario, ni comprar una nueva agenda, o escribir mis metas para el 2022 si no me determino a dar pasos firmes hacia mis sueños.

La primera determinación fuerte que debo realizar si quiero progresar, es soltar el pasado. San Pablo, escribiéndole a los Filipenses, dijo: “Olvidándome ciertamente lo que queda atrás me extiendo hacia la meta…” (Filipenses 3:13). El pasado debe ser soltado, el pasado debe quedar atrás, el pasado no me debe esclavizar. Hay personas que, aunque tienen buenos deseos, no logran adelantar porque viven atados al pasado y este actúa como un lastre, una carga que hace todo más difícil y más lento. Debemos soltar el pasado simplemente porque no podemos cargar  con él, no es bueno para nosotros. Debemos aceptar que las cosas cambian, la gente cambia, los tiempos cambian, nosotros cambiamos!.

Muchos viven anclados al puerto del ayer, porque es cómodo, es como una zona de confort. Por eso escuchamos a muchos expresar que todo tiempo pasado fue mejor. Los barcos están mas cómodos y seguros en el puerto, pero no se hicieron para dormir en el puerto sino para navegar y enfrentar los desafíos de alta mar. Otros no sueltan el pasado porque tienen miedo del futuro, pues piensan: “Y si fracaso? Y si me va mal!” entonces prefieren contar sus historias del pasado una y otra vez antes que generar nuevas.

Pero indudablemente a la gran mayoría de las personas les cuesta soltar el pasado por los recuerdos tristes, el dolor, las pérdidas, por las injusticias, por esa situación que los marco. Sienten que es una cicatriz que los va a acompañar de por vida de forma irremediable. Ahora bien, el dolor, las perdidas, las injusticias, dejan cicatrices, pero estas son las marcas de que hemos pasamos por el dolor pero estamos de pie, estamos fuertes y lo que no nos mato nos fortaleció! Cuando usted mira una cicatriz en su cuerpo, recuerda una operación, una batalla, un asalto. La cicatriz ya no duele, porque usted supero el momento, salió victorioso!

-Cuando Israel salió de Egipto, Egipto no salió de sus corazones, por eso una y otra vez tropezaban, porque miraban para atrás, añoraban lo que tenían allí a pesar de la esclavitud. Suelte el pasado, en tu pasado no hay nada, todo lo que quieras lograr esta en tu presente!

-Cuando Dios destruyo Sodoma y Gomorra dijo: Huyan a los montes, corren y no se detengan a mirar hacia atrás. La esposa de Lot desobedeció y se convirtió en estatua de sal.  Suelte el pasado! Si Dios te libro, no vuelvas atrás!

-El mayor milagro es el de la salvación eterna. Cuando recibimos a Cristo en el corazón experimentamos el nuevo nacimiento “De modo que si algún esta en Cristo, nueva Criatura es, las cosas viejas pasaron e aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:2) La Sangre de Cristo borra nuestro pasado y nos da una nueva vida. El pasado ya no tiene lugar.

Cierre esos viejos capítulos de la historia de su vida y escriba uno nuevo capítulo, el más apasionante y feliz que jamás haya imaginado. Con Dios es posible! Adelante!

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