CANTAROS ROTOS


"Y los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: ¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!" (Jueces 7:20)


Dios formo al hombre del polvo, en consecuencia es nuestro alfarero, quien nos hizo, y él es también quien, debido a nuestras fallas, nos restaura y nos moldea de nuevo.

Dios quiere moldearnos con suavidad pero cuando nos endurecemos no tiene más opción que quebrarnos de manera dolorosa. Si no nos sometemos a él de forma voluntaria y humilde, sino que nos resistimos,  su labor será más difícil.

Cuando un cántaro se endurece ya no puede ser colocado en el torno, sino solamente quebrado.

Hay dos tipos de quebrantamiento: Uno es el resultado de haber sido herido y maltratado. Alguien jugó con tu corazón y lo hizo pedazos.  Aguantaste por mucho  tiempo golpes emocionales, maltratos, humillaciones, desprecios e injusticias y esos tantos resentimientos hicieron que finalmente tu vida se rompiera como un cántaro que es arrojado al suelo. El quebrantamiento es el punto donde uno no puede más, soporto, aguanto, pero detrás de la dureza que genera la situación uno termina rompiéndose en mil pedazos. El otro quebrantamiento se produce cuando detrás de fallarle a Dios, primero nos endurecemos y nos escondemos detrás de argumentos y excusas, pero por ultimo terminamos por romper el orgullo y aceptar nuestra condición delante de Dios implorando su perdón.  Muchas veces es el propio Dios quien nos lleva al quebrantamiento para hacernos de nuevo.  Dios permite situaciones dolorosas para que rompamos la dureza del corazón y nos volvamos a él.

El cántaro representa nuestro yo, nuestra carne, el viejo hombre, el orgullo que debe ser quebrado para que venga lo nuevo.

Usted dirá: Pero si Dios me quebranta,  si mi vida es rota qué valor tiene? Dios tomara tus pedazos  y hará una obra maestra!  Lo que viene será mucho mejor!

La luz del Señor, el fuego de su espíritu,  solo puede manifestarse a través de una vida quebrantada!

Sin quebrantamiento no hay fuego, y sin fuego no hay victoria. ¿Quiere ver a sus enemigos derrotados, como los vio Gedeon? ¿Quiere recuperar una vida plena y feliz junto a Dios? De hoy mismo el paso de quebrar lo viejo y la gloria de Dios se manifestara a través de usted!

 

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