ANTES QUE LA LÁMPARA SE APAGUE
Qué harías si descubres que perdiste algo de mucho valor? Moverías cielo y tierra para encontrarlo verdad? De seguro no te quedarías quieto! Hoy el país habla del caso de Loan, el niño desaparecido. Yo no quisiera estar en los zapatos de esos padres, porque con cada hora que pasa la angustia se hace mayor. Perder algo de mucho valor es doloroso, nos hunde en una profunda tristeza y deja un gran vacío difícil de poder llenar.
Hay algo de mucho valor que tú y yo debemos cuidar y jamás perder y es la Presencia de Dios, su unción.
Este es un mensaje para aquellos que saben que:
-La presencia de Dios se está apagando en sus vidas: Ya no sientes lo que antes sentías, lentamente fuiste perdiendo la pasión por Dios, el fuego ya no arde como antes, vives dilatando las cosas de Dios para más tarde y muchas veces esa hora nunca llega. (Más tarde oro, luego voy a leer la biblia, mañana voy a la iglesia, el próximo ayuno lo voy a hacer). Dejaste que aparezcan las excusas y justificaciones. Entraste en pereza espiritual. Dejaste que lo urgente te aparte de lo importante, que la cizaña crezca con el trigo, que los afanes de la vida te absorban todo el tiempo y ya no tienes tiempo para estar con Dios en su intimidad.
-Esta es una palabra para aquellos que sin medir las consecuencias futuras han descuidado la presencia de Dios y como las cinco vírgenes fatuas dejaste de invertir en tu vida espiritual.
-Si no hacen algo al respecto pronto lo poco que queda de unción, de la presencia de Dios en ti se apagara.
En el santuario, estaba la lámpara de Dios, la cual debía arder continuamente. Era responsabilidad del sacerdote colocar aceite en ella día tras días, para así mantener el fuego encendido. En aquellos días Israel tenía un sacerdote llamado Eli, un hombre que había entrado en pereza espiritual, falta de integridad y poca o nula valoración de las cosas sagradas. La Biblia dice que escaseaba la Palabra y no había visión con frecuencia, los hijos del sacerdote se acostaban con mujeres en la puerta del templo, robaban de las ofrendas pero Eli, a pesar de escuchar de su mal proceder, no tomaba cartas en el asunto para cuidar el honor del nombre de Dios y su casa, se había vuelto tolerante al pecado. Aquella lámpara no podía apagarse pues representaba la presencia de Dios en medio de Israel, si se apagaba la lámpara la nación toda quedaría en oscuridad y a merced de sus enemigos.
Por eso, antes que la lámpara se apagará, Dios hablo, Dios llamó, Dios pego un grito desde el cielo! …Dios habla a tiempo, Dios habla porque todavía hay solución, porque quiere que hagas algo, Dios te habla hoy porque no quiere que tu lámpara se apague, él quiere que avives el fuego de Dios en ti!
En aquellos días mantener el fuego encendido era responsabilidad de un solo hombre: El sacerdote. Hoy esa responsabilidad es individual, yo no puedo cuidar tu lámpara este es tu trabajo diario. Tu cuerpo es el templo del Espíritu Santo, tú debes cuidar de él.
Quizá, al igual que Elí Samuel, estás en el templo, vienes una o dos veces a la semana, incluso sirves al Señor, pero tu lámpara se está apagando, porque la unción no tiene que ver con el lugar o con tus dones sino con tu corazón, con tu intimidad, en cómo vives tu relación con Dios día a día.
La lámpara no se apaga de un momento a otro, no, sino que es el resultado de un proceso de descuidos, de pereza espiritual, de relajamiento, de conformismo que te lleva a ir perdiendo gradualmente el interés por el reino de Dios y no hay nada peor que la tibieza espiritual.
El error de muchos es creer que hay fórmulas mágicas para obtener la unción, días sagrados y ritos sagrados que me van a llenar de la unción y de su presencia.” Voy el domingo y ya estoy bien con Dios otra vez”, “Lo importante es no faltar a la santa cena porque con eso ya soy salvo” “me vuelvo a bautizar” “Paso al altar y si me caigo es porque ya estoy lleno del Espíritu”. Y la realidad es que no es así! Por eso hay tantas personas que el lunes vuelven a estar apagadas, o detrás de la santa cena vuelven a fallarle otra vez al Señor, o que después de haber experimentado el mover del Espíritu Santo en una reunión como esta al día siguiente vuelven a sentir un vacío y derrota en su vidas, porque la unción no tiene que ver con fórmulas mágicas o con ritos, la unción tiene un precio y es vivir todos los días, a cada hora, en integridad en su presencia. Cuando Israel vio que las cosas se le habían puesto difíciles en la batalla, cosa a la que no estaban acostumbrados pues Dios peleaba por ellos y les daba victorias sobrenaturales, decidieron llevar el arca del pacto a la batalla. Se dijeron “Ahora sí!, ahora vamos a triunfar, pues aquí está con nosotros el elemento más sagrado” Pero aquel día cayeron derrotados en una de sus jornadas mas tristes, no solo por la cantidad de hombres que murieron sino porque el arca de Jehová fue capturada y llevada a la tierra de los filisteos. Ellos confiaron en el arca, en el elemento, en el rito, pero la presencia de Dios no estaba. Así muchos también confían en la santa cena, en la biblia, en el domingo, en la oración del pastor, en que va a venir un ungido y la unción va a fluir, que la victoria va a volver, pero no sucede así…
Alguien te tiene que decir que la unción tiene un precio, mantener la lámpara encendida conlleva un trabajo diario. Todos los días tienes que hacer algo para mantener la presencia de Dios en tu vida y en tu hogar, todos los días tienes que batallar contra la pereza espiritual para que la ruina no te encuentre como Eli en una silla de tu casa.
Para que tu lámpara no se apague, para que la presencia de Dios no se aparte de ti, necesitas aplicar pequeñas dosis de aceite a la mañana, pequeñas dosis por la noche, todos los días! Aquí está el secreto! Todos los días! No te rompas la cabeza pensando grandes cambios, no te atormentes con aplicar grandes decisiones, empieza por lo pequeño por lo que puedas hacer hoy.
Si estabas descuidando tu vida espiritual y tu lámpara se estaba apagando, despiértate! responde al llamado del Señor como Samuel y tu vida se llenará de la luz del Espíritu Santo
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