SIGUE ORANDO

 

Bartimeo el ciego, Clamo con conocimiento y revelación: El sabia que Jesús era de Nazaret, que era llamado “hijo de David”, afirmación que hace alusión a Jesús como libertador, como rey y mesías, sabía que podía sanarle, que tenía el poder de Dios para transformar cualquier situación. Si tú conoces a Jesús entonces tienes que saber que con él es suficiente, que El es todo lo que tú necesitas, que al acercarte a Jesús no estas “probando” a ver qué pasa, no es una opción más entre otras, Jesús es el Hijo de Dios, el hijo de David, el que puede cambiar el rumbo de tu vida. Quien es Jesús para ti? Que valoración tienes de Él? Crees que puede hacer un milagro en tu vida? Entonces…

Llama su atención: Clamar, significa gritar. Bartimeo grito una y otra vez con todas sus fuerzas. El estaba dispuesto a llamar la atención de Dios, a insistir hasta alcanzar lo que quería. Tu actitud es importante a la hora de provocar un milagro. No es tu cara de mártir o de sufrimiento lo que va a llamar la atención de Dios, sino lo que salga de tu boca. De tu boca tiene que salir fe, adoración, oración continua.

Persiste a pesar de que no veas resultados: Al primer grito no paso nada, ni al segundo o al tercero, pero Bartimeo persistió, el siguió esperando una respuesta. Cuando tu ores y no sientas nada, cuando tu ores y no veas nada, cuando tu ores y no pase nada, persiste! No dejes de orar, no dejes de insistir, no dejes de invocar a Jesús! Estamos en una generación que quiere todo ya, que quiere todo fácil, rápido, liviano…pero la fe es la certeza de lo que se espera! Si no ves resultados, sigue orando y espera, mantén en tu corazón la expectativa de que algo va a ocurrir. Cuando la mujer cananea fue delante de Jesús le rogaba tras de sí por su hija que era gravemente atormentada por un demonio, pero la Biblia dice que Jesús no le respondió palabra, nada! La mujer no se rindió, no se desanimo, no abandono la lucha, siguió clamando. Esta es la actitud que Dios espera de ti y de mi, aunque aun no haya respuesta sigue insistiendo, sigue clamando, que tu fe moverá la mano de Dios. Que todavía no hayas recibido nada no significa que no lo recibirás.