LA PROSTITUTA CREYENTE

 


La historia de Rahab la ramera de Jericó nos enseña que de donde provienes no determina hacia dónde vas, tu pasado, tu condición no podrá impedir tu destino de felicidad y bendición.

 

Antes de conquistar Jericó, Josué,  como buen estratega militar, mando a dos de sus muchachos como espías para entrar encubiertamente a Jericó a fin de conocer bien que había del otro lado de las murallas y contra que se habrían de enfrentar. La mejor manera de entrar sin levantar sospechas era llegándose a la casa de una ramera. En Jericó habitaba Rahab que se ganaba la vida alquilando su cuerpo y era normal para aquel pueblo ver a visitantes y forasteros entrar a la casa de esta mujer, así que Josué se dijo, esta es la mejor manera de entrar de incognito a Jericó. Así lo hicieron los dos espías, y en algún momento estos hombres se sintieron en confianza de contarles a Rahab el motivo de su visita y le pidieron a ella información. En definitiva nadie mejor que ella que conocía los secretos mejores guardados de los poderosos de aquella ciudad. Rahab les cuenta que desde el rey hasta el último de los varones de guerra estaban aterrados y que en los últimos días nadie dejaba de hablar de las cosas poderosas que Dios había hecho con ellos. “Aquí todos están llenos de pavor y yo en lo particular creo que Dios les ha entregado a Jericó en sus manos”. Aun mas, Rahab les dijo: “yo que creo, por lo que oído, que vuestro Dios es grande y poderoso en los cielos y abajo aquí en la tierra, por lo cual yo estoy dispuesta a colaborar con ustedes y con su Dios”. En aquella misma hora ella hizo un acuerdo inteligente con los espías: “Yo les ayudo y ustedes me prometen librarme a mí y toda mi familia cuando Dios les entregue Jericó”.  El acuerdo era más que justo y así fue hecho.

CREER SIN VER:

Rahab, siendo cananea, siendo pecadora, estando sumida en una vida oscura y perdida decide creer en Dios y poner su confianza en él. Ella nunca había visto un milagro, nunca visito a un profeta, nunca había tenido una señal, ni siquiera había leído un manuscrito acerca de Dios, pero le basto oír para creer y por su fe salvo su vida y la de toda su familia. Ahora, como puede ser que hay personas que se dicen ser cristianas y dudan de Dios, dudan de su eficacia, de su poder, de sus proezas y esta mujer que nunca fue a una iglesia, nunca sintió al Espíritu, nunca vio un milagro pudo creer y alabar a Dios con una fe tan genuina e inteligente? Entonces, lo que te salva,  lo que cambia tu destino, no es lo que tú ves, lo que tu recibes, lo que tú conoces, los años dentro de la iglesia, las veces que caíste por el poder del Espíritu Santo, los milagros que recibiste, las palabras proféticas que te fueron dadas, lo que cambia tu destino es creer en lo que oyes! ella creyó en un Dios que nunca había visto (era cananea, acostumbrada a ver a sus dioses en las imágenes). Hay gente que ha visto cosas increíbles, recibido cosas tremendas de parte de Dios y aun así viven una fe tibia, claudican en dos caminos, tienen una fe intermitente, creen de a ratitos, por temporadas. A Rahab le bastó oír de lo que Dios era y hacia para creer con todo su ser! Y por creer es que se la jugó por Dios.

ME LA JUEGO POR LO QUE CREO!

Rahab se jugó por Dios y el pueblo de Dios. Ella estaba tan convencida de que Dios era insuperable,  grande y poderoso, estaba tan convencida de que la victoria seria de Dios y su pueblo que no dudo en jugarse el pellejo y tomar una posición clara. Lo que ella estaba haciendo, si era descubierta, podía costarle la vida y ella lo sabía, mas aun así no le importo. Les dio la información a los espías, los oculto y los ayudo a volver seguros al campamento. Tú tienes que jugártela como Rahab por Dios y por la obra, no puedes vivir una vida cristiana tibia, no puedes seguir a Jesús de lejos. Dios está buscando “las Rahab y los Rahab”  de esta generación, gente que se la juegue, que se involucre, gente que diga la causa de Dios es mi causa, la causa de mi pastor es mi causa, yo estoy involucrado en la visión, yo tengo una posición bien defina, a esa gente Dios va a resguardar, bendecir y honrar. Hay gente que practica el “yo no me meto, no es mi problema, yo hago la mía” esa gente queda debajo de los escombros del olvido, pero las Rahab pasan a engrosar la lista de los héroes de la fe. Vos tenes que practicar la fe y la convicción de Rahab que te lleven a jugártela por las cosas de Dios.

DE DONDE VIENES NO DETERMINA HACIA DONDE VAS

Rahab era ramera, ¿qué se puede esperar de una mujer ramera? Aparentemente su destino estaba sentenciado, ella seria siempre una ramera y pasaría sus últimos días sola después de haber malgastado su juventud, sin embargo una decisión sabia, una fe inteligente y el haber puesto su vida en las manos de Dios hizo que el destino de esta mujer cambiara radicalmente. Ella fue librada el día que cayeron los muros, (todo cayo menos su casa) Ella salvo a toda su familia y de aquel día en adelante empezó una nueva vida para ella. Dice la tradición Judía que Rahab meses más tarda se caso con uno de aquellos espías y formo un hermoso hogar.  Dios puede cambiar tu destino también, no importa de dónde vienes, ni el presente de dolor que estas atravesando, si decides hacer del Dios de Israel tu Dios, tu vida y todas tus cosa cambiaran.

Apóstol Carlos Glauche

www.santuariodelafe.com.ar

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