CRUZA EL JORDÁN

 


Los dolores del alma atentan directamente contra tu conquista. Tienes la capacidad, tienes el llamado de Dios, tienes la tierra de la provisión por delante, estas  cerca de cumplir tus objetivos y sin embargo algo te impide avanzar y establecer tus pies en la promesa, en el sueño que siempre visualizaste y ese algo tiene que ver con el corazón, con tus sentimientos negativos. Son ellos los causantes de que, a metros de tu victoria, te estanques y no concretes tus sueños.

Cuarenta años camino Israel por un sueño, por una promesa, cuarenta años enfrentando el desierto, los peligros, las inclemencias, los enemigos; cuarenta años sostenidos solo por la presencia de Dios y poniendo la mirada en la promesa. Por fin habían llegado, frente a ellos la tierra que Dios había jurado a Abraham y su descendencia que habrían de poseer para siempre. Una tierra en la que fluye leche y miel. Lo único que debían hacer era cruzar el Jordán y tomar posesión.

Pero allí, a las puertas de la promesa, se presento lo inesperado, algo fuera de todo calculo, algo que los golpeo en lo más profundo del corazón y los bloqueo emocionalmente: Muere Moisés.

Moisés era todo Josué y el pueblo de Israel, era prácticamente la encarnación de Dios en la tierra. Era el bastón emocional, era la guía, era ese padre en común, era garantía de victoria. Pero como todo lo terrenal, un día llego a su fin. Aquel día Josué sintió que todos sus sueños morían junto con Moisés. Aquello era muy difícil de digerir, sentían que iba a ser imposible de superar, que ya nada iba a ser igual.

En ese momento Dios intervino y dijo a Josué: “Levántate ahora”…Moisés murió no puedes quedarte llorando! Hay una tierra que debe ser conquistada y eso exige, valentía de tu parte!

El diablo utiliza las emociones y las circunstancias dolorosas para paralizar nuestra fe, para dejarnos del lado incorrecto del Jordán. No puedes anclarte al pasado, a la tristeza, a lo que ya no está! Levántate ahora y cruza tu Jordán! Quizá alguno de ustedes a “orillas del Jordán” sufrió una decepción, una perdida, una traición, un dolor que abrió como un iceberg tu línea de flotación. Una mala experiencia, un mal resultado medico, una relación que no funciono, un amigo que te traiciono, un revés económico que te llevo a quedarte sin nada, esa pregunta sin respuesta, o bien eso muy intimo que solo tú conoces y que no solo abate tu alma de tristeza, sino que te roba las fuerzas para levantarte y seguir. Dios te dice “Levántate ahora…” esfuérzate y se valiente! No puedes dejar que la tristeza te estanque, que la mala noticia te detenga, que los dolores e injusticias de la vida te depriman al punto de abandonar, eres un hombre y una mujer de Dios, con propósito, con destino, con promesa, con ayuda sobrenatural, no te rindas! No bajes los brazos! Sigue adelante y cruza tu Jordán!

Moisés había muerto pero la promesa de Dios no! Hay planes que pueden fallar, personas que pueden irse de tu lado, situaciones inesperadas que golpeen los cimientos de tu fe, mas la promesa de Dios sigue inalterable. Aunque parezca que todo se derrumba a tu alrededor, Dios cumplirá su propósito en ti  y entraras en la tierra que te juro que te daría! No importa lo que pase, su palabra se cumplirá, Dios no miente, su plan se hará real en ti!

Josué se quedo detenido por causa de sus sentimientos, prevaleció la tristeza antes que la fe en las promesas de Dios. Pudo mas su amor y apego a lo terrenal, sus sentimientos, que el llamado que estaba en el. No dejes que te pase lo mismo! No dejes que tus sentimientos y dudas te priven de alcanzar lo que Dios ya te dio!

Cuando Dios mando a Josué a que se esfuerce y sea valiente, era consciente de su debilidad. No le pidió que fuese fuerte y valiente para luchar en sus fuerzas sino fuerte para obedecer su Palabra…Lo que te pido Josué es que en este momento de dolor creas en mi palabra, en mis promesas…esfuérzate, no dejes que los sentimientos y las dudas te impidan cruzar este Jordán.

Tu poseerás las promesas de Dios, disfrutaras de todo lo que Dios un día te mostró, y de ello darás herencia a tus hijos, solo esfuérzate en obedecer su Palabra, en creer en sus promesas, levántate, cruza el Jordán del desaliento porque lo mejor está por venir!



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