CRUZA EL JORDÁN
Los dolores del alma atentan directamente contra tu conquista. Tienes la capacidad, tienes el llamado de Dios, tienes la tierra de la provisión por delante, estas cerca de cumplir tus objetivos y sin embargo algo te impide avanzar y establecer tus pies en la promesa, en el sueño que siempre visualizaste y ese algo tiene que ver con el corazón, con tus sentimientos negativos. Son ellos los causantes de que, a metros de tu victoria, te estanques y no concretes tus sueños. Cuarenta años camino Israel por un sueño, por una promesa, cuarenta años enfrentando el desierto, los peligros, las inclemencias, los enemigos; cuarenta años sostenidos solo por la presencia de Dios y poniendo la mirada en la promesa. Por fin habían llegado, frente a ellos la tierra que Dios había jurado a Abraham y su descendencia que habrían de poseer para siempre. Una tierra en la que fluye leche y miel. Lo único que debían hacer era cruzar el Jordán y tomar posesión. Pero allí, a las puertas de la promes...