MUERTE EN LA OLLA

 

"Después sirvió para que comieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de aquel guisado, gritaron diciendo: !!Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no lo pudieron comer. El entonces dijo: Traed harina. Y la esparció en la olla, y dijo: Da de comer a la gente. Y no hubo más mal en la olla." (2 Reyes 4:40-41)

Había una gran hambre en la Tierra de Gilgal, entonces el profeta Eliseo dio la orden a su criado que pusiera sobre el fuego una olla grande a fin de hacer un guiso para todos los discípulos que estaban con él. A grandes problemas, grandes decisiones. Eliseo planifico en grande y lo mejor para aquellos discípulos, pero siempre que uno planifica lo mejor y sueña en grande pueden surgir imprevistos, situaciones que no esperábamos, cosas que salen mal, que se escapan de nuestro control.

Quizá usted tenía planes, sueños, metas que se vieron interrumpidas por la amargura de la enfermedad, de un accidente, o de la enfermedad de un ser querido. En esos momentos uno se siente devastado, abatido, fracasado, llegamos a pensar que es el fin, que todo está perdido. Muchos ante la amargura, ante la enfermedad, se postran, se rinden aceptan la situación con resignación y se entregan, tiran la toalla, abandonan. Eliseo en cambio decidió buscar una solución, decidió luchar por lo que parecía perdido.

Sepa mi amigo que Satanás usa personas y situaciones para arruinar sus esfuerzos a fin de amargar su presente y desmoronar su futuro, pero de usted depende darse por vencido o buscar una solución.

Eliseo tomo harina, símbolo de la pureza y de la provisión de Dios y la esparció sobre aquella olla, determinando por la fe la cancelación del mal, de la amargura y de la enfermedad, el no dudo que aquella acción pondría fin a la muerte y así fue, Dios actuó en consecuencia a su fe.

Frente a los problemas de la vida, no se rinda, no tire todo! Hay una salida, use su fe, confíe en el Dios de Eliseo y él le dará la victoria!