AVIVA EL FUEGO

 


2 Timoteo 1:6

Pablo compara el ministerio, el servicio, con un fuego, con una llama interior. El fuego puede crecer o apagarse dependiendo de quién lo cuide, lo mismo tu ministerio. El Espíritu Santo es el dador del fuego, pero cuidarlo es nuestra responsabilidad. Si no hacemos nada se va a apagar! El error de muchos siervos y obreros es pensar que ya tengo el ministerio, ya soy obrero, ya soy líder ya estoy en funciones, ahora no tengo que hacer mas nada solo cumplir…error! Si tu enciendes un fuego y no haces mas nada, que va a pasar? Se va a apagar! Porque? Porque el fuego debe ser alimentado permanentemente.

Un ministerio sin fuego es como una comida sin sal, pinta linda pero no convence. Hay siervos que tienen conocimiento, trayectoria, capacidad, saben hablar, saben lo que tienen que hacer pero les falta el fuego, les falta la unción, les falta espíritu! Nosotros somos una iglesia Pentecostal, sabe lo que significa eso? Que nuestro origen está en pentecostés, en aquel día en que se derramo el Espíritu Santo sobre los creyentes. Ese día bajo el fuego! Ese día todos empezaron a orar con denuedo, predicar con denuedo, a hablar en nuevas lenguas con denuedo, a ganar almas con denuedo, porque eso es lo que hace el fuego! Te despierta, te moviliza, te hace hacer todo con pasión, con entusiasmo, con excelencia…El fuego no es una opción, es una necesidad.  No podemos conformarnos con ratitos de fuego, con reuniones de avivamiento, debemos vivir bajo el fuego del Espíritu Santo todos los días! Este es el estilo de vida y ministerio que agrada al Espíritu Santo.

Que hace que perdamos el fuego?

-Costumbre – rutina: Venimos a la iglesia por costumbre, nos paramos en el lugar de servicio por costumbre, nos vamos poniendo el abrigo antes del amen final  para irnos rápido. Venimos el día que nos corresponde solamente porque “es lo que me toca”, tenemos todo cronometrado, en definitiva nos convertimos en religiosos…sabemos pero no sentimos, la costumbre, la rutina nos lleva a permanecer indiferentes, distantes.

-Falta de disciplina espiritual: Cosas tan evidentes como orar, leer la biblia, alimentarnos con otros creyentes de las cosas de Dios hacen a que el fuego se mantenga avivado. Usted me cree si yo le digo que hay siervos/as que no oran? Que no leen la Biblia? que si yo les digo ahora que me lean el libro de Habacuc no saben por dónde buscar? Hay obreros que se sacan el uniforme y hasta ahí llego la unción, hasta el próximo culto; saben lo que paso en el último capítulo de la novela turca pero no saben de qué predico el pastor en el culto anterior. Gente que sirve a Dios en el equipo que hay que estar recordándoles los horarios, las actividades…que significa eso?? Que no están en el fuego, no están en la cosa! Están desconectados! Si Jesús siendo el hijo de Dios necesitaba retirarse para orar, llenarse las pilas, cuanto más usted y yo?

Debemos anhelar el fuego, un ministerio sin fuego se extingue, tarde o temprano se termina queda en cenizas. Nadie te puede sacar tu ministerio cuando estás en el fuego, es imposible…cuando tu estas encendido, ni Satanás te puede bajar. Si tu fuego se estaba apagando, avívalo! Y si ni cenizas quedan pídele al Espíritu Santo que venga sobre ti ahora mismo con poder.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Y ANTES QUE LA LAMPARA FUESE APAGADA

LOS 10 PRINCIPALES CONSEJOS DE SALOMÓN PARA LOS JÓVENES

BUENAS DECISIONES