TRES CORAZONES

 


Todos sabemos que Jesús durante su ministerio terrenal no solo anduvo haciendo bienes y milagros sino que también formo discípulos, gente a la que le dedico tiempo, enseñanzas y los empodero para que cumpliesen la misión de llevar el evangelio hasta los confines de la tierra. Entre ellos, los más cercanos, fueron los que conocemos comúnmente como los doce discípulos o los doce apóstoles. Estos formaron parte del círculo mas intimo del Señor y generalmente le acompañaban a todos lados. Solemos ver a los discípulos como personas santas, intachables, perfectas, rodeadas de un aura angelical, sin embargo eran doce hombres comunes y corrientes llenos de imperfecciones y contradicciones. Entre estos doce hay tres que por sus intervenciones, participación e historias son más conocidos que el resto. Ellos son: Judas, Pedro y Juan.

Andrés, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomas, Simón el Zelote o Judas Tadeo, no son nombres que la mayoría vaya a recordad con facilidad,  porque los evangelios no los menciona tanto, pero Judas Iscariote, Simón Pedro y Juan estuvieron siempre muy cerca de Jesús y fueron protagonistas de las horas más cruciales del Salvador.

Estos tres representan tres corazones, tres intenciones bien diferentes, tres clases de personas que encontramos hoy en nuestras iglesias:

Judas: Estaba cerca de Jesús por interés, el siempre tuvo en el corazón el dinero (en más de una oportunidad había sustraído del dinero de Jesús, ya que era el tesorero). El ambicionaba poder terrenal, su corazón estaba inclinado más hacia los afanes de esta vida que hacia el Reino de Dios. Sintiéndose desilusionado porque Jesús no tenía intenciones de establecer un reino terrenal, termino aceptando treinta monedas de plata como precio por traicionar al Señor.

-Judas representa a los que se acercan a Jesús por una conveniencia personal, para satisfacer sus necesidades, sus expectativas, pero si no consiguen lo que ellos buscan se van, se levantan de la mesa de la comunión, porque no les interesa ser parte de una familia espiritual, no les interesa cuidar de su salvación, solo ven su necesidad y nada más. Judas representa a los que buscan la gratificación inmediata, los que quieren todo para ayer y si no se les cumple desaparecen, usted no los ve más. Los Judas son los que están entre nosotros pero no desarrollan intimidad con Jesús. Representa a aquellos que no importa lo que usted les dé o haga por ellos nunca se lo van a agradecer. Los Judas son los que buscan entrar a tu círculo íntimo para luego generar destrucción. A los Judas no los tenes que echar, se van solos. Los Judas son los que menosprecian la salvación, los que aun señalados por su propia conciencia no se arrepienten.

 

Pedro: Es conocido por su temperamento fuerte, impulsivo,  arrebatado, dominado por los sentimientos. Ese carácter por momentos lo llevo a ser un hombre virtuoso, emprendedor, decidido, recordemos por ejemplo cuando se bajo de la barca y camino sobre las aguas hacia Jesús o cuando en el Huerto de Getsemaní saco su espada para defender a Cristo, el no midió que en frente había mucha gente (quizá la turba era de 600 hombres), el no pensó, su impulso lo llevo a sacar su espada y a cortarle la oreja derecha a Malco, el siervo del sumo sacerdote. Pero ese mismo carácter sin haber sido pulido aun por el Espíritu Santo le iba a traicionar porque frente a lo que él consideraba la derrota de Jesús una vez apresado, se alejo de él y como todos conocemos, aquella misma noche antes del cantar del gallo negó tres veces a Jesús como el propio Señor se lo había profetizado. Aquella mañana lloro amargamente por lo que había hecho, porque hizo una promesa que no pudo cumplir “Aunque todos se escandalicen de ti yo no, si es necesario voy a ir contigo hasta la muerte”. Ese Pedro que se sentía seguro de sí mismo, en realidad no se conocía bien, pues en la hora de la crisis su fe se derrumbo, se dio cuenta que no era tan fuerte como creía.

-Pedro representa a los cristianos ciclotímicos, los que tienen temporadas altas y luego temporadas bajas, a los que se dejan llevar por el temperamento, por las emociones, por el corazón, los que se pinchan cuando las cosas no salen como esperaban y dejan todo, renuncian, se vuelven a las redes, a la vieja vida. Pedro representa a los que frente a la adversidad se desaniman y hacen y dicen cosas tontas, tienen poca tolerancia al fracaso. Representa a los que no le han entregado por completo su carácter al Señor y caminan mas por humor que por convicción, por eso un día usted los ve bien arriba, queriendo hacer de todo en la obra de Dios y al día siguiente están ofendidos, de mal humor, y les pinta el raye. Cuando están en tiempos buenos hacen promesas que en los momentos difíciles no mantienen. Los “Pedros” aman a Jesús, pero a menudo el temperamento y las emociones los traicionan.

Juan: Es conocido como el apóstol del amor, siempre cerca de Jesús, lo vemos a su derecha en la última cena y fue el único de los doce en estar a los pies de la cruz. Callado, de perfil bajo pero a quien el Señor le dio la más grande de las revelaciones sobre el futuro de las naciones y de su iglesia en Patmos.

Juan representa a los que aman a Jesús, los que anhelan siempre estar cerca de su corazón, los que están en las buenas y en las malas a los pies del Señor. Son los que no hacen mucho ruido, no hacen grandes promesas, son de perfil bajo pero siempre están porque los mueve el amor de Dios. Los “juanes” son los que disfrutan de la presencia del Señor, les gusta adorar, estar cerca de Jesús, hacer su voluntad, y están dispuestos a ir con Cristo hasta el final, son los que rinden todo a los pies de la cruz y que por causa de esa entrega Dios les abre el cielo. Juan vio las puertas del cielo y el trono de Dios. Esto le está reservado a los “Juanes” a los verdaderos adoradores que son movidos por amor!

 

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