PORQUE LE SUCEDEN COSAS MALAS A LA GENTE BUENA?

 







En nuestra concepción de la justicia, quisiéramos creer que las adversidades solo deberían afectar a aquellos considerados «malos» y que las personas «buenas» deberían ser inmunes a ellas. Es importante destacar que el pecado no solo afecta a las personas individualmente, sino que también tiene un impacto en toda la creación. La Biblia nos muestra cómo la entrada del pecado trajo consigo la corrupción y la ruptura en el mundo que nos rodea. La enfermedad, la muerte, los desastres naturales y otros aspectos negativos de la vida actual son resultado de esta realidad.

Dios permite el sufrimiento para hacernos más fuertes y dependientes de Él

Así como lo hizo con Job, Dios puede usar el sufrimiento para probar nuestra fe, para hacernos más fuertes y dependientes de él, y para bendecirnos al final

“Y, después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurara y los hará fuertes, firmes y estables.” (
1 Pedro 5:10)

Él nos promete que un día enjugará toda lágrima de nuestros ojos y no habrá más muerte, ni llanto, ni dolor (
Apocalipsis 21:4). Mientras tanto, podemos acercarnos a él con confianza y expresarle nuestros sentimientos. Él nos escucha y nos responde.

“No solo así, sino que también nos gloriamos en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia, carácter; y esperanza” (Romanos 5:3-4).

“Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren.” (
2 Corintios 1:3-4)


Dios tiene un plan mayor para nosotros que no podemos ver.

A veces permite que sus hijos pasen por situaciones difíciles y dolorosas, pero no es porque sea cruel o indiferente, sino porque tiene un plan mayor que nosotros no podemos ver. Dios puede usar el mal para traer un bien mayor, para su gloria y para nuestro beneficio. Así lo hizo con José, el hijo de Jacob, que fue vendido como esclavo por sus hermanos, pero que luego llegó a ser el gobernador de Egipto y salvó a su familia y a muchas naciones del hambre.

“Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó para bien, para hacer lo que vemos hoy: para mantener en vida a mucho pueblo.” (
Génesis 50:20)

“Porque yo sé los planes que tengo para vosotros —declara el Señor— planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.” (
Jeremías 29:11)

Por eso, no debemos desesperarnos ni dudar del amor de Dios cuando enfrentamos el sufrimiento. Dios tiene un propósito para nuestra vida y lo cumplirá a su tiempo y a su manera
Dios respeta nuestro libre albedrío, pero estos traen consecuencias.

Dios nos creó a su imagen y semejanza, y nos dio la capacidad de elegir entre el bien y el mal. Él no nos obliga a obedecerle ni a amarle, sino que respeta nuestro libre albedrío. Sin embargo, nuestras decisiones tienen consecuencias, y muchas veces sufrimos por causa del pecado

“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” (
Gálatas 6:7)

Dios usa el dolor para llamar nuestra atención y que nos volvamos a él.

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