ADN (NUEVO NACIMIENTO)

 



Nuestra identidad está relacionada con nuestro nacimiento. Somos parecidos a nuestros progenitores y llevamos dentro de nosotros su herencia. Ahora bien, hay dos nacimientos en la vida de un hijo de Dios; cuando nacimos y cuando nacimos de nuevo! Vos decidís si vas a vivir bajo la naturaleza carnal o si vas a vivir bajo la naturaleza espiritual. El nacido de nuevo, lleva el ADN de Dios su padre, es decir, piensa como Dios, habla como Dios, y actúa como Dios. Para que esto suceda en toda su plenitud debemos hacer morir la vieja naturaleza (la carne con sus debilidades) y comenzar a caminar conforme al Espíritu.

La vieja naturaleza, te lleva a cometer los mismos errores y pecados que tus padres y abuelos, a repetir las mismas historias familiares (de tal palo tal astilla!) a estirar en el tiempo la maldición generacional.

Pero cuando te entregas a Cristo con todo tu corazón y le pedís al Espíritu Santo que te transforme que te cambie, viene el ADN de Dios sobre tu vida, te convertís en nueva criatura y tu historia cambia completamente para bien.

Los que son nacidos de nuevo, nacidos de Dios piensan, hablan y actúan como su Padre celestial.

Piensan: Tenes que pensar como Dios piensa. La biblia dice “yo se los pensamientos que tengo acerca de vosotros, pensamientos de bien y no de mal” No pienses lo malo, no dejes que tu mente se infecte con orgullo, celos, enojo. Tenes que pensar en todo lo bueno, en lo que construye y tus ojos se van a llenar de luz.

Hablan: Tenes que hablar como Dios habla. Tenes que hablar fe, hablar soluciones, hablar para sanar, para restaurar, para levantar, no para herir ni derribar. Tenes que hablar de presente y futuro no de pasado! Tenes que usar las palabras correctas que traigan paz y no que inicien una guerra. Cuando hablas como Dios habla viene restauración, paz, alegría, entendimiento, sanidad y todo lo bueno.

Actuar: Tenes que actuar como Dios actúa. Siempre en la verdad, en amor, en misericordia, dando lo mejor de vos, una entrega total por el ser amado. Así como Cristo se entrego por la iglesia, así dice la biblia los maridos deben dar todo por sus esposas. Los hijos ser obedientes a los padres, así como Jesús fue obediente en todo. Cuando actuamos como Jesús amando a Dios sobre todas las cosas y amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos, el hogar experimenta restauración y progreso.

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