FELICES LOS DE CORAZÓN LIMPIO

 


Cuando Dios decidió cortar a Saúl del reinado por causa de su desobediencia, ya  que no guardo lo que Dios le había ordenado, busco para sí un hombre conforme a su corazón y estableció a David como príncipe de su pueblo.

Fíjese que Saúl perdió su posición no porque no tenía capacidad, sino porque no cuido su corazón, no cuido de obedecer a Dios por encima de todo, incluso por encima de sí mismo, de sus gustos e intereses. Automáticamente Dios dijo: “yo no puedo contar con un hombre así.” Saúl tenía capacidad, habilidades, trayectoria, pero no tenía un corazón alineado con Dios. Saúl perdió el reino y su propia salvación, por no cuidar su corazón.

Judas, es otro ejemplo. Judas formo parte de los 12 discípulos de Jesús, formo parte de la “mesa chica”, estuvo cercano a Jesús, era de confianza, el tesorero, camino con Jesús tres años, fue testigo de sus milagros, escuchó sus enseñanzas, , sin embargo todos sabemos bien que Judas fue un traidor. En el momento en que más debió defender su fe y demostrar su amor por su salvador, lo vendió por treinta monedas de plata, porque en su corazón había una maldita debilidad oculta: la codicia. El amor al dinero lo cegó. Judas nunca puso freno a esa  debilidad que lo gobernaba y su pecado lo llevo a la perdición.

Cuantas personas, incluso obreros, asisten a la iglesia, ocupan un lugar en ella, escuchan la Palabra de Dios, hasta han ocupado lugares de confianza, de servicio, viendo de cerca el obrar de Dios, pero gobernados por un corazón torcido, por una debilidad oculta, terminan como Judas perdiendo todo. De nada sirve el status cuo, el ministerio, o el don que se tenga, si el corazón no es limpio y recto delante de Dios.

Sansón nació sobrenaturalmente, fruto de un milagro. Desde el vientre de su madre Dios ya tenía un propósito con él, por lo cual el ángel del Señor instruyo a sus padres a darle una educación espiritual especial, a fin de que sea consagrado para Jehová. Entre las señales de su consagración estaba su cabellera sobre la cual no debía pasar navaja, pues esa era la señal externa de su alianza con Dios. Sansón contaba con una fuerza sobrehumana que lo hacia una verdadera pesadilla para el enemigo. Entonces Satanás pensó en la manera de frenarlo, de sacarlo de escena. Lo estudio de cerca y descubrió que su debilidad era las mujeres. Entonces le mando una filistea llamada Dalila. Sus padres le advirtieron del peligro de descuidar su corazón y de ponerlo en manos de cualquiera, especialmente de una filistea, pero Sansón hizo caso omiso, pensando que tenía el control, que él podía parar cuando quisiera sin sufrir consecuencias. Dejo que esta mujer entrara en su corazón, en sus secretos y que se interpusiera en su relación con Dios. Cierto día se despertó sobre las faldas de aquella encantadora mujer pero sin su larga cabellera. El pacto había sido roto, la unción ya no estaba con él. Los enemigos se abalanzaron para capturarlo y él pensó que como en oportunidades anteriores iba a poder zafar. Esta vez había llegado muy lejos. Tuvo en poco su alianza con Dios, descuido su corazón y ahora estaba a merced de sus enemigos. La historia termina de una manera trágica. Sansón pierde los ojos, es usado como juguete y termina muriendo junto a sus enemigos al vengarse de ellos. Un hombre con propósito, llamado y destino, pierde la visión, pierde su fuerza, su salvación por causa de haber entregado el corazón a quien no correspondía.

Queridos consiervos, nuestra mayor preocupación debe ser la de mantener un corazón puro y sano. Solo los de limpio corazón verán a Dios. Sepa que todo aquello que mancha su corazón le llevara inexorablemente a la ruina y la pérdida de su salvación. Satanás cuenta con múltiples opciones para hacer caer a los obreros en el error y ensuciar sus corazones: El orgullo, el chisme, el amor a la posición, la rebeldía, resentimiento, etc. Ninguno de nosotros estamos exentos de este ataque, por eso nuestro mayor preocupación debe ser la de mantener un corazón puro y sano.”Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de el mana la vida”

COMO MANTENER EL CORAZÓN LIMPIO:

1-Rechace lo que Dios rechaza: No se amolde a este siglo que a lo bueno llama malo y a lo malo llama bueno. Rechace el pecado, odie lo que Dios odia, someta su corazón a la Palabra de Dios y decida que nada que no esté en la voluntad de Dios va a tener espacio en su corazón. Deseche las excusas, las justificaciones, los argumentos humanos para avalar cualquier comportamiento que este fuera de la Palabra de Dios. Lo que es pecado es malo y punto y por lo tanto usted lo debe desechar.

2-Revise diariamente su corazón: Si usted nota que en él hay raíz de amargura, enojos, envidias, malos ojos, palabras deshonestas, malos pasos, malas influencias, no se deje estar! Lleve todo a Dios en oración! Renuncie, pida al Espíritu Santo que le limpie. Sea sincero consigo mismo y sepa que si ha fallado abogado tenemos en Cristo Jesús, eso en tanto y en cuanto decidamos abandonar el error. Recuerde que el arrepentimiento sincero produce un borrón y cuenta nueva!

Así como un corazón sucio te aleja de la unción, un corazón limpio te hace ver a Dios. Eso es lo que anhelamos! Queremos ver a Dios obrar, queremos ver su gloria, un avivamiento, sanidades y milagros, queremos ver cielos abiertos? El secreto es mantener un corazón limpio para Dios.

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