FUE LA HONRA

 



Todos queremos la bendición de Dios, que él nos sea propicio, que el intervenga cuando lo necesitamos y supla nuestras necesidades cuando estas aparecen. Ahora bien, lo primero que debemos entender es que Dios no está obligado a darme nada, pues el ya lo dio todo! Hay gente que se reciente con Dios porque dice “Dios no me dio el trabajo” “Dios no sano a mi hijo” “Dios no cambio a mi marido”. Dios no está obligado a reaccionar detrás de nuestras necesidades, el ya no tiene que demostrar que es Dios. Esto no significa que el no quiera o pueda darnos aquello que anhelamos, claro que puede! Ahora bien, para alcanzar sus misericordias debemos desarrollar ciertas actitudes que toquen su corazón, que llamen su atención. La primera que se nos cruza por la mente y  a la cual hacemos bien en recurrir es “La oración”. Oramos y pedimos y probamos las mil formas de orar. Rogamos, lloramos, exigimos, demandamos, reprendemos, etc. Pero lo cierto es que no siempre funciona! Porque? Porque no todo se conquista con oración, la oración es importante en la vida de fe, es más, indispensable, pero no siempre hay fruto si esta no va acompañada de una actitud correcta. La segunda actitud, que seguro se nos pasa por la cabeza que no puede faltar a la hora de conquistar nuestra bendición es la fe. Otra vez tenemos que decir,  como respecto a la oración, que es una actitud indispensable, pues sin fe es imposible agradar a Dios, la fe mueve la mano de Dios, llama su atención, pero no siempre resolvemos todo con fe. Cuantos dirán yo tuve fe pero igual no se medio lo que esperaba! …

Existe una tercera actitud, menos promocionada y predicada, pero tan importante como las anteriores que hace que Dios se incline a nuestro favor y esta es: La honra. Honrar a Dios es agradarle, es pensar en hacer su voluntad, desear contentar su corazón. La oración se centra en mí y en mi necesidad, la fe en lo que yo quiero y espero, en cambio la honra, se centra en Dios, en agradarle, mas allá de lo que yo siento, deseo, o necesito. Orar se nos hizo habito, tener fe, aunque nos cuesta, lo intentamos todos los días, pero…¿pensamos a cada instante en agradar a Dios? ¿Sera que nuestra preocupación esta en hacer lo recto delante de sus ojos y así enamorar cada día mas su corazón?

Abraham, deseaba con toda su alma tener un hijo. Había orado y pedido al respecto, ya le había expuesto su causa al Señor en varias oportunidades. Fe tenia, de hecho no podemos decir que al padre de la fe le haya faltado, sin embargo lo que sello su bendición fue lo que sucedió aquel día estando sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. Alzo la vista y vio delante de él a tres visitantes. Aunque el texto no lo especifica es probable que Abraham se haya dado cuenta de la naturaleza divina de los visitantes ya que estos se aparecieron de repente. En ocasiones normales los hubiese visto venir de lejos. Rápidamente Abraham activa la honra, y da lo mejor de sí para que aquellos tres visitantes celestiales.


1-Sale de la puerta y corre a recibirlos: (atrapa su presencia)

Hay gente que está a la puerta, ni adentro ni afuera, no es indiferente pero tampoco apasionada de Dios, gente que toma distancia, que mira de lejos. Vos tenes que decidirte; vas a seguir sentado, o vas a correr hacia Dios para meterlo en tu casa y no dejarlo ir? La bendición no la tenes que esperar, la tenes que provocar! Que Dios pase de largo o se quede en tu casa depende de tu actitud, de tu devoción!  Muestra interés!! Haz algo que cautive a Dios! Corre, póstrate, adora, dale a Dios el lugar que merece en tu vida, el no es una visita mas, el no es un trámite religioso, el es tu Dios, tu Señor!

Dile al Señor que no pase de largo! Busca agradarlo para que su presencia se quede contigo!


Haz más de lo que prometes:  (da lo mejor de ti)

Abraham le dijo “Señor, déjame que valla y traiga un bocado de pan y agua, y lavad vuestros pies…” Estaba en el corazón de Abraham honrar a Dios. Fue a la tienda y le dijo a Sara que prepara pan en abundancia, leche, manteca, y él personalmente fue a buscar el becerro más tierno y coloco todo delante del Señor. Dio más de lo que había prometido!  Cumple tus promesas, Dios no se olvida el está esperando!

 

Haz todo con velocidad: (Pasión)

Todo lo hizo rápido: Todo lo que vas a hacer para Dios, hacelo rápido! No postergues para mañana. Busca primero el Reino de Dios y vendrán todas las añadiduras.

…Abraham salió corriendo de la puerta…

…Fue de prisa a la tienda a hablar con Sara para que amasara los panes

…Corrió a buscar el becerro

…el criado se dio prisa para hacerlo.

Hay gente que es cuando se trata de Dios todo lo postergan, lo hacen lento: “Mañana” “voy a ver más adelante” “Cuando pasen estos calores”

Correr hacia a Dios, postrarte y adorarlo, cumplir tus promesas y moverte con velocidad y pasión para agradar a Dios, traerá tu bendición.

Sin pedir nada, sin mencionar siquiera, los años de espera, Abraham recibe la promesa que al año siguiente abrazarían un hijo. No fue la oración, no fue la fe, fue la honra!

 

Que en este nuevo año puedas centrarte en agradar al Señor y veras tus sueños cumplirse!

 

 

 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Y ANTES QUE LA LAMPARA FUESE APAGADA

LOS 10 PRINCIPALES CONSEJOS DE SALOMÓN PARA LOS JÓVENES

BUENAS DECISIONES