PARA QUE QUIERO SER LLENO DEL ESPÍRITU SANTO?

 



Antes de ascender a los cielos, el Señor Jesús ordeno a los suyos permanecer en Jerusalén hasta ser investidos del poder de lo alto. Ese poder espiritual llegaría a través del Espíritu Santo, quien acompañaría a los creyentes en su peregrinar de la fe. Aquellos 120 que estaban unánimes en oración, experimentaron algo sobrenatural, un viento recio comenzó a soplar y cada uno de ellos recibió la capacidad de hablar en otros idiomas, capacidad que obviamente no poseían hasta entonces. Aquello fue notorio a todos los que estaban en Jerusalén, ya que para aquellos días de la fiesta de pentecostés la ciudad estaba atestada de peregrinos, los cuales escucharon a los discípulos del Señor contar en sus lenguas las maravillas de Dios. La multitud se agolpo frente a la casa y Pedro lleno del Espíritu Santo, transformado y fortalecido por aquella experiencia espiritual, comenzó a predicar el evangelio. Como resultado 3.000 personas se convirtieron al Señor en aquella jornada. Allí nació La Iglesia de Jesucristo. Hasta el día de hoy se sigue escribiendo su historia ya que el Espíritu Santo está presente en la Tierra y en el corazón de cada creyente, es el Espíritu Santo quien convence de pecado y lleva a las personas al conocimiento de Cristo.

Es imperioso que todos nosotros, al igual que aquellos 120, procuremos ser llenos del Espíritu Santo para así “andar en el Espíritu” haciendo su voluntad.

Ahora bien, la pregunta que hoy debemos hacernos es: ¿Para qué quiero ser lleno del Espíritu Santo? Para hablar nuevas lenguas? Para experimentar un éxtasis espiritual? Para “sentirme mejor”? ¿Para parecer más espiritual que otros?. Hay personas que resumen su encuentro con el Espíritu Santo a una mera experiencia pasajera y externa. Creen que haber sido llenos del Espíritu Santo, es gritar, emocionarse, caer al piso, tener temblores, hablar lenguas extrañas, etc. Estas manifestaciones tienen que ver más con lo externo, lo periférico que con lo central. Hay quienes manifiestan estas expresiones fruto de sentir un gozo desbordante, no digo que este mal, pero no es lo central, no es lo determinante. Lo que importa es el contenido no el paquete! De qué sirve que en la iglesia me emocione y tiemble si mi vida no cambia, o no puedo experimentar victoria en el día a día? El Espíritu Santo es más que emoción, es la presencia de Dios guiándonos a hacer su voluntad, viviendo una vida de victoria.

Tenga en claro lo siguiente: El espíritu Santo fue enviado para…

TRANSFORMAR A LOS CREYENTES: “…somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Corintios 3:18)

Después de pentecostés ninguno de aquellos discípulos siguió igual. Todos fueron transformados. Dejaron de ser un grupo de personas desanimadas y confundidas, para ser verdaderos heraldos del Señor. Pedro, que días atrás había negado a Jesús, ahora, lleno del Espíritu Santo, soltó una palabra que conmovió corazones y las multitudes se convirtieron. Todos los demás se convirtieron en columnas del evangelio y dejaron una huella poderosa en la historia.

Esta es la principal característica de la obra del Espíritu Santo en una persona. La transformación! Su vida cambia! Su carácter cambia! Su personalidad cambia! Sus prioridades cambian! Su forma de hablar cambia! Todo cambia, porque ahora el Espíritu Santo vive en usted! Quien es lleno del Espíritu Santo posee un carácter santo, pues el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, pacienciabenignidadbondadfe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. (Gálatas 5:22-23)

PARA CAPACITAR A LOS CREYENTES PARA TESTIFICAR:pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.(Hechos 1:8)

Detrás de aquella experiencia, los cristianos fueron esparcidos por el mundo para dar a conocer las buenas nuevas del evangelio. La palabra crecía y prevalecía poderosamente gracias a la presencia del Espíritu Santo en ellos. Fue por ello que Jesús les dijo que no salieran de Jerusalén hasta no ser investidos del poder de lo alto, y fue por ello también que recibieron la capacidad de hablar en otros idiomas, justamente para testificar a las naciones las grandezas de Dios.

La persona que dice tener el Espíritu Santo siente una necesidad imperiosa de testificar y compartir con los demás el evangelio de Jesucristo. Quien posee el Espíritu Santo gana almas y acepta con agrado la misión de servir a los demás.

PARA EMPODERAR AL CREYENTE:pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo” (Hechos 1:8)

El Espíritu de Dios lleno de poder espiritual a los discípulos para ser imitadores de Cristo y hacer en su nombre las mismas obras: Sanar a los enfermos, liberar a los atormentados, declarar la palabra y la voluntad del Señor. Milagros extraordinarios comenzaron a suceder desde aquel día en la Iglesia primitiva porque el Espíritu Santo los respaldaba.

Quien tiene el Espíritu Santo no puede vivir una vida de fracaso. No digo que no haya de tener pruebas y dificultades, las tendrá, pero por el Espíritu de Dios será más que vencedor. La persona que tiene el Espíritu de Dios, tiene una fuerza espiritual y una fe que otros no poseen lo que le lleva a ser victorioso ante las dificultades. Ese poder está  a su disposición!

 

Querido amigo, no se quede en las manifestaciones externas y emocionales de haber experimentado la presencia de Dios sino más bien procure que estas tres evidencias estén creciendo en su vida. Dios le bendiga.

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