DIMAS, EL MALECHOR DE LA DERECHA





Dios es tan bueno que nos da toda una vida de ventaja para pensar y decidir donde hemos de pasar la eternidad. Esta vida terrenal es corta, pero suficiente para decidir nuestro futuro. Antes que su vida terrenal se apague usted tiene que tomar una decisión: Salvación o perdición? Cielo o infierno? Solo hay dos destinos, no hay una tercer opción, ni purgatorio, ni misa por los muertos, ni ofrendas por las almas difuntas, la decisión es personal y es en esta vida, es hoy, es ahora!

Para perder su alma no haga nada, permanezca lejos de Dios viviendo la vida a su manera, corriendo detrás de las preocupaciones, afanes y placeres de este mundo, ello alcanzara para perder eternamente su alma, pero si usted anhela la salvación debe poner su mirada, su fe y su esperanza en el único Salvador: Jesucristo.

Esto fue lo que hizo Dimas, el malhechor crucificado a la derecha de Jesús, que justo a tiempo tomo una decisión inteligente: Creer en Jesús como el Mesías y salvador y por esa fe recibió la promesa de estar aquel mismo día en el Reino de Dios. Cuando Jesús fue crucificado, dos malhechores fueron crucificados junto con él, el uno a la izquierda y el otro a la derecha. Estos dos hombres representan a toda la humanidad, a cada uno de nosotros, ya que todos hemos pecado, todos hemos transgredido la ley de Dios y la paga del pecado es la muerte espiritual. Ahora bien, podemos ser como el reo de la izquierda que no se arrepiente, ni se humilla, ni pide misericordia de Dios, sino que por el contrario, se burla de Jesús, pone en duda su divinidad, cuestiona a Dios, se mantiene orgulloso y altivo, no puede ver las señales y el gran amor expresado en la cruz su capacidad de salvar al hombre de su condenación, o podemos ser como el ladrón de la derecha que reconoce su pecado, que reconoce que Jesús es Santo y que él puede darle vida eterna. De ello, de como usted vea a Jesús, depende donde usted pasara la eternidad. Jesús le dijo al ladrón arrepentido “de cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”…ya decidió usted donde ha de pasar la eternidad? Solo hay dos destinos: Cielo o infierno, vida o muerte, salvación o condenación, no hay estado intermedio, ni purgatorio, por eso Jesús le dijo al ladrón que estaría en el paraíso o reino de los Cielos, mientras que al otro que estaba por morir no le dijo nada. Usted decide donde va a pasar la eternidad.

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